Tras lo sucedido año tras año en las fiestas de
San Fermin, he decidido hacer un breve análisis de la educación sexual que se
lleva a cabo en Euskal Herria. Y es que a veces no somos conscientes de cuán
importante es la educación sexual que se imparte en institutos y colegios.
Es por ello por lo que es importante analizar
si la forma y el contenido de lo que se imparte es adecuado, ya que, en parte,
de ésta depende el futuro de nuestra sociedad.
La educación sexual de hecho ha evolucionado muy poco,
o al menos a un ritmo más lento de lo que evoluciona nuestra sociedad. Ésta,
sigue basándose básicamente en el aspecto biológico de la sexualidad. Sin
embargo, también es importante hablar sobre la igualdad, el buen trato y el
respeto en las relaciones. Después de los hechos acaecidos en los San Fermines,
podemos observar como estos abusos sexuales y violaciones denotan que la
educación sexual no es adecuada en nuestros días y que los temas a tratar son
algo más que enseñar sobre la necesidad de un sexo seguro (que por supuesto
también es importantísimo).
La educación sexual se centra en generar miedo y en
los aspectos negativos de la sexualidad, en lugar de centrarse también en los
aspectos positivos.
De hecho, los jóvenes de hoy en día saben mucho
más de lo que pensamos sobre sexualidad, y sin embargo tienen muchísimas
dificultades en temas tan sencillos como la igualdad, negociar con su pareja
ciertos aspectos básicos de su relación, dar espacio a sus parejas para que se
muestren como son y no caigan en una relación dependiente etc.
Hoy en día, nos encontramos con jóvenes que disponen
de mucha información, facilitada por internet, pero que cuentan con muchas
dudas y con muchas contradicciones. Es por ello, por lo que se hace necesario
trabajar estos asuntos y que al menos, tengan claro temas básicos y vitales,
así como enseñarles que las relaciones son muy diversas y plurales.
Además de todo ello, una adecuada educación sexual puede
reducir la violencia machista, disminuir las enfermedades de transmisión sexual
etc.
