TERAPIA DE FAMILIA

Muchas veces se tiene la idea de que existen las familias ideales, perfectas en cada cosa que hacen, que viven en armonía, nunca tienen problemas o lo resuelven sin mucha dificultad. No obstante, la realidad está muy alejada de esas creencias, porque a pesar de que las familias sí pueden ser capaces de convivir en tranquilidad y sobrellevar o solventar los problemas, en ocasiones se les hace imposible y las relaciones entre todos los miembros se transforman en situaciones tormentosas, hasta hacer de la convivencia y el hogar un infierno en la tierra. Es en estos casos en los que la terapia de familia puede ser una buena opción.

¿Qué es la terapia de familia?

La terapia es un procedimiento en el que se espera que el paciente conozca y aprenda a sobrellevar alguna enfermedad o problema que esté padeciendo. Entonces, si hablamos de una terapia familiar, quiere decir que este procedimiento se va a realizar en conjunto con toda la familia porque algo está perturbando la tranquilidad del hogar, ya sea por problemas maritales, económicos, de padres a hijos, una enfermedad que se ha complicado por no saber cómo actuar o incluso el consumo de drogas. Se aplica la terapia familiar con el fin de que se estabilice la comunicación entre todos los miembros, se mejoren o cambien actitudes y se resuelva el principal conflicto que ocasiona la alteración negativa de todo esto.

¿Para qué sirve la terapia de familia?


El objetivo principal es que la familia pueda afrontar aquella adversidad que altera la concordia entre todos. Por ejemplo, cuando existen problemas socioeconómicos, cuando existen peleas constantes e incluso agresividad entre alguno de sus miembros. No sólo existen esos casos, también funciona para brindar el apoyo que los miembros requieren cuando se está en un proceso de divorcio que no necesariamente tendría que ser traumático, cuando uno de ellos padece de alguna enfermedad física difícil de sobrellevar por no saber cómo actuar (el tratamiento de un cáncer o cuando este se encuentra en su etapa terminal, sida, diabetes, entre otros), también para condiciones especiales y enfermedades o trastornos mentales (esquizofrenia, bipolaridad, trastorno de identidad disociativo, dislexia, síndrome de Down, autismo, demencia, etcétera), el fallecimiento de un familiar etc. Del mismo modo, es útil cuando uno de los miembros tiene una adicción que afecta a todos, ya sea por el consumo de alcohol o sustancias psicotrópicas de alguno de sus miembros.




¿Cuándo se debe acudir a una terapia familiar?

Lo más recomendable es asistir cuando el problema no puede ser solucionado por los propios miembros de la familia y sobrepasa sus capacidades. También es importante cuando se está sufriendo o no se tienen herramientas suficientes para afrontar los sucesos del día a día.  E incluso cuando las discrepancias y discusiones entre sus miembros son constantes, insoportables y los problemas se vuelven insostenibles.

El problema principal radica en que las personas acepten que tienen una complicación bastante notoria y grave, que les afecta en todo lo mencionado anteriormente, y que debe ser tratado con la ayuda de un profesional. Así que el primer paso para acudir a una terapia familiar es admitir que se tiene un problema y que hay que solucionarlo. Y obviamente, cuanto antes se tome esta decisión, menos estancado estará el problema y será más fácil solucionarlo.

Objetivos de la terapia de familia

A continuación, os presentamos los principales objetivos que ha de alcanzar una terapia de familia, aunque siempre tenemos que tener en cuenta que la problemática por la que acude cada familia puede ser muy diferente y, por lo tanto, lo que se ha de trabajar en cada una de ellas, es totalmente diferente:

- Identificar la raíz del problema, es necesario conocer por qué está sucediendo aquello que genera conflictos para ir avanzando en el tratamiento.
- Lograr que todos los miembros de la familia se responsabilicen en la terapia.
- Optimizar la comunicación, para conseguir que puedan expresar sus sentimientos hacia ciertas situaciones y explicar cómo se sienten respecto a ello.
- Convertir todas esas críticas destructivas que se tienen entre todos en algo constructivo para todos.
- Ser consciente de las fortalezas con las que cuentan, por ejemplo, la unión que existe entre ellos en un momento de dificultad. Al igual que es necesario identificar las debilidades, por ejemplo, utilizar las diferencias de opinión para juzgar al otro.
- Fortalecer el apoyo mutuo, esto sobre todo en el caso de que se esté atravesando por el duro momento de una enfermedad o adicción por parte de alguno de los miembros.
- Tratar las conductas que tienen mayor repercusión en los asuntos familiares.
- Tener el conocimiento o ser capaces de afrontar los obstáculos a los que se pueden enfrentar en diferentes circunstancias de sus vidas.

¿Es necesario que acudan todos los miembros?

No. Existen casos en los que ciertos miembros pueden negarse a acudir a terapia familiar, bien sea porque piensan que el problema no es suyo, bien sea porque es el paciente identificado y no quiere sentirse culpable o el centro de atención. En estos casos, es necesario que el resto de los miembros intenten acudir para que se les pueda ir guiando. 

Además, según la problemática, según el momento de la sesión etc. puede que tengamos que hacer terapia con todos los miembros o quizás únicamente con algunos de ellos como puede ser únicamente con los padres, o con los hermanos etc.



Técnicas que se suelen utilizar en terapia de familia

A continuación, mencionaremos algunas técnicas que se utilizan en terapia de familia para el avance eficiente en la terapia. No se trata únicamente de hablar del problema y de las recomendaciones que puede dar el especialista para encontrar una solución sana. Porque, aunque el objetivo sea este, también es necesaria la utilización de diversas dinámicas para una evaluación más precisa, para que los pacientes se entiendan entre todos con más profundidad. Se necesita demostrar las capacidades que tienen para resolver los conflictos, hasta donde son capaces de llegar durante una discusión, si controlan sus emociones y si se expresan de la manera correcta o si son escuchados. Para todo ello se llevan a cabo dinámicas y herramientas de distinta índole.

Una de las técnicas utilizadas para esto son los juegos de roles familiares. Esta actividad tiene como objetivo que cada miembro actúe como los demás mientras se recrea una escena típica familiar, sobre todo en esas que se desatan los conflictos. Por ejemplo, el adulto (padre o madre) intentará recrear a uno de sus hijos, lo que lo pondrá en sus zapatos. El hijo hará el papel entonces de padre, dramatizando la forma en cómo actúa uno de sus progenitores en un momento dado, el que más les afecta en específico. Mientras tanto, el padre estará en el lugar del hijo, en la edad en la que se encuentra (sea niño, preadolescente, adolescente o adulto joven), regresando entonces a aquella época en particular donde puede ser habitual toparse con algunos problemas que pueden ser difíciles de sobrellevar para alguien que no está en la madurez de afrontarlo.

Los juegos de roles familiares permiten que cada uno se salga de su papel original y que se pongan en el lugar del otro. Ayuda a que todos se entiendan mejor y crezca la comunicación, a que todos puedan ver los errores que están cometiendo durante un momento dado y cómo le afecta esta falla a los demás. En pocas palabras, ayuda a tomar consciencia de las malas acciones que se efectúan en el ámbito familiar, independientemente de la razón que lo lleve a actuar de ese modo.

Otra técnica muy utilizada en las terapias de familias, es la realización de un esquema en el que se representan hasta tres generaciones de la familia, es decir, un genograma o un árbol familiar. El fin de esto es que el psicólogo, con la ayuda de alguno de los miembros de la familia, entienda y evalúe con mayor profundidad las relaciones que existen entre todos, para cumplir con un diagnóstico más certero y preciso, y de esta forma tratar con efectividad el conflicto y así cumplir con los objetivos planificados.

Estas son algunas de las técnicas que se utilizan en terapia familiar, sin embargo, son muchas las que se pueden usar en función de la problemática y la familia. En Mi Psicólogo Getxo intentamos adaptarnos a ti y a tu familia para que la recuperación sea lo antes posible y de la manera más satisfactoria posible.

Efectividad de la terapia de familia

Si se cumplen con los objetivos especificados en cada terapia de familia por parte del psicólogo, la efectividad será positiva y los problemas serán solucionados de forma efectiva. Sin embargo, es necesaria de la motivación de los miembros familiares. Llegar al fondo del problema es lo que hará que, con la respectiva ayuda del especialista, la familia logre llevar una vida adecuada, más sana, a tomar mejores decisiones con respecto a ésta.

Es necesario no dejar la terapia una vez se haya solucionado de forma superficial el problema. El problema requiere de un trabajo más exhaustivo para lograr de una solución duradera.

Cualquier tipo de terapia, si se realiza de la forma planteada por el psicólogo, si los participantes cumplen con las especificaciones que se les da, si ponen en práctica cada consejo, si le dan la importancia requerida al problema y a las acciones que deben afrontar, la terapia será positivamente efectiva, se notarán los avances y las personas llevaran una vida más saludable. Sin embargo, el único hecho de asistir a una terapia por sí solo, sin aceptar que verdaderamente se tiene un problema, sin tomar las previsiones, haciendo caso omiso o cualquier acción que haga imposible el avance positivo para llegar al propósito primordial de una terapia, no resolverá los conflictos como si de un acto de magia se tratara.