OPOSICIONES Y ANSIEDAD

 
Actualmente, son muchas las personas se encuentran inmersas en el proceso de opositar para obtener un puesto en el sistema público. Este camino conlleva diversas presiones, como la necesidad de mantener un constante enfoque en los estudios, adaptarse a cambios en las fechas de los exámenes y lidiar con preocupaciones personales que, en ocasiones, pueden agotar nuestras reservas de energía, disminuyendo nuestra motivación para seguir persiguiendo una plaza en las oposiciones.

Es esencial, por lo tanto, entender cómo lidiar con la ansiedad que puede surgir en este contexto y aprender a mantenerla bajo control.





Gestiona la ansiedad

Gestionar la ansiedad es posible. La ansiedad es una respuesta natural y biológica que se desencadena en situaciones que percibimos como amenazantes. En teoría, esta respuesta debería ser adaptativa, ayudándonos a reaccionar y enfrentar situaciones potencialmente peligrosas. Sin embargo, en algunos casos, la ansiedad se manifiesta de manera no adaptativa, generando síntomas físicos como mareos, taquicardia, opresión en el pecho, tensión muscular y dificultad para concentrarse. Es fundamental comprender que los síntomas de la ansiedad pueden variar de una persona a otra, aunque algunos síntomas son comunes en distintos individuos.

Aunque no es posible evitar por completo la ansiedad, es factible aprender a gestionar y mantener un mayor control sobre la situación.

Pensamientos ansiosos

Para abordar la ansiedad, es importante gestionar los pensamientos ansiosos que pueden interferir con nuestros estudios y objetivos. En primer lugar, debemos ser conscientes de la presencia de estos pensamientos y aprender a identificarlos. Una vez identificados, podemos transformarlos en pensamientos más realistas y centrados en soluciones. Por ejemplo, en lugar de pensar "no voy a aprobar" o "no tengo tiempo", podemos adoptar un enfoque más realista, como "puedo estudiar cada día de manera constante y avanzar en el temario de forma progresiva". Quizá puedas necesitar ayuda para ello.

Gestión del tiempo

La organización del tiempo es una herramienta fundamental para los opositores y estudiantes. Establecer rutinas y hábitos de estudio a lo largo del tiempo hace que la tarea sea más llevadera y eficiente. Mantener una franja horaria constante, elegir un lugar de estudio fijo y utilizar un calendario visible para planificar y llevar un registro de nuestro progreso son estrategias efectivas para optimizar el tiempo de estudio.
Establecer metas a corto plazo y lograr cumplirlas es otra forma de reforzar la motivación y la confianza en uno mismo. Estas metas cumplidas nos animan a seguir avanzando y nos demuestran nuestra capacidad para lograr nuestros objetivos.



Herramientas 

Además de las técnicas de estudio, el descanso es esencial. Tomarse al menos un día de desconexión a la semana y, ocasionalmente, permitirse semanas de relajación a lo largo del proceso de oposición ayuda a recargar energías y despejar la mente.

La incorporación de técnicas de relajación y gestión del estrés, como la respiración diafragmática, en la rutina diaria puede mejorar el rendimiento y ayudar a mantener la calma. Además...

Apoyo Social: No subestimes el poder del apoyo social. Compartir tus preocupaciones y desafíos con amigos, familiares o compañeros de estudio puede ser reconfortante. A menudo, hablar con otros que están pasando por un proceso similar puede proporcionar perspectivas valiosas y alivio emocional.

Técnicas de Mindfulness: La práctica de la atención plena o mindfulness puede ayudar a reducir la ansiedad. Aprender a vivir en el presente, sin preocuparse en exceso por el futuro, puede ser beneficioso. La meditación y la respiración consciente son ejemplos de técnicas de mindfulness que puedes incorporar en tu rutina.

Descanso y Autocuidado: No descuides el autocuidado. El sueño adecuado, una alimentación equilibrada y el ejercicio regular son fundamentales para mantener la energía y la concentración. Programa momentos de relajación y desconexión, como paseos al aire libre o actividades que te gusten, para renovar tu mente y cuerpo.

Manejo de la Procrastinación: La procrastinación puede ser un desafío para muchos estudiantes. Aprender estrategias para evitar la procrastinación, como dividir tus tareas en pasos más pequeños, establecer límites de tiempo y minimizar las distracciones, puede mejorar la productividad.

Toma de Breves Descansos: Programa breves descansos durante tus sesiones de estudio. Estos descansos breves pueden ayudarte a mantener la concentración y prevenir la fatiga mental.

Visualización Positiva: Practicar la visualización positiva implica imaginar tu éxito en las oposiciones. Esto puede aumentar la confianza y la motivación. Visualiza cómo te sientes al lograr tus objetivos y utiliza esta imagen como fuente de inspiración.

Automonitoreo: Lleva un registro de tu progreso y logros. Esto te ayudará a mantenerte enfocado y a ver cuánto has avanzado. Puedes utilizar una agenda, una aplicación o un diario para mantener un seguimiento de tus estudios y tu rendimiento.

Flexibilidad: Reconoce que es posible que surjan obstáculos inesperados en tu camino hacia las oposiciones. Mantén una mentalidad flexible y la capacidad de adaptarte a los cambios en tus circunstancias.

Ayuda Profesional: Si la ansiedad y el estrés se vuelven abrumadores y afectan seriamente tu bienestar, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una modalidad terapéutica efectiva para abordar la ansiedad y el perfeccionismo en el contexto de los estudios y las oposiciones.


Recuerda que cada persona es única, por lo que algunas estrategias pueden ser más efectivas que otras para ti. Experimenta con estas estrategias y adapta tu enfoque según lo que mejor funcione para tu situación y tu personalidad. Mantén una actitud positiva y persistente en tu camino hacia el éxito en las oposiciones.

¿CÓMO ELEGIR UN BUEN PSICÓLOGO?

Algunas veces en la vida llega un punto en el que te puedes sentir agobiado, estresado y sobrecargado con todos los asuntos, situaciones y problemas con los que debes lidiar cada día.

En muchas ocasiones es posible que tú mismo puedas salir de este estado de ánimo tan sólo con las ganas de superarlo. Sin embargo, hay veces en las que a pesar de la buena disposición, no puedes salir por ti mismo de ese abismo emocional. Es en ese preciso instante que te das cuenta de que necesitas la asistencia de alguien especializado en el área emocional. Para ser más concretos, un psicólogo.

A pesar de lo que muchos puedan pensar, el proceso de selección de un psicólogo es bastante complejo, ya que implica ciertas variables que debes tener en cuenta para que logres salir airoso de ese bajón emocional que te ha impulsado en primer lugar a buscar ayuda especializada.

A continuación, te planteamos una serie de consejos que debes tener en cuenta para seleccionar al mejor psicólogo.


Observa su formación profesional

Este es un punto esencial. Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de elegir un buen psicólogo es que realmente tenga un título de psicología. Quizás te parece algo muy evidente, pero es que hoy en día abundan quienes establecen un consultorio terapéutico sin contar con las credenciales adecuadas.

Así mismo, debes verificar que su especialidad sea la psicología clínica o sanitaria. Dentro de la psicología hay diversas subespecialidades, como por ejemplo la psicología industrial, forense, deportiva, social y por supuesto la clínica, entre otras. De todas, ésta última es la que se enfoca en el diagnóstico, control y tratamiento de algún tipo de desequilibrio o trastorno psicológico.

Pregunta a qué corriente psicológica pertenece

La psicología es un campo muy extenso, en el que abundan diversas corrientes psicológicas. Es importante que sepas a qué corriente pertenece el psicólogo que te atiende, ya que hay algunas cuya efectividad está altamente comprobada, en tanto que hay otras que no son tan efectivas.

Entre todas las corrientes, la que ha evidenciado ser la más efectiva (80%) es la Cognitivo Conductual. Esto se debe a que pone en práctica ciertas herramientas que actúan sobre tus pensamientos y sobre la manera en que éstos interfieren en tu forma de actuar. De manera tal que al ponerla en práctica puedes modificar tus pensamientos y en consecuencia, tus actitudes y actuación en distintas situaciones.

Investiga su experiencia

Es importante cuando asistimos a cualquier profesional de la salud tener alguna referencia de su experiencia y proceder. Por esto te recomendamos que investigues sobre los años de experiencia del psicólogo que tienes pensado visitar, así como también sobre su tasa de efectividad. Esto puedes hacerlo con otros pacientes que conozcas o incluso a través de la web.




¿Cómo te sientes en la consulta?

Esto es algo que debes tener muy en cuenta. El éxito o el fracaso de una terapia psicológica se fundamentan en el grado de comodidad, sintonía y empatía que pueda haber entre el terapeuta y el paciente.

Recuerda que un psicólogo es alguien con quien compartes tus pensamientos, miedos e inquietudes, por lo que debes sentirte muy cómodo para ser totalmente sincero. La sinceridad es un elemento clave dentro de cualquier terapia psicológica. Es por esto que el psicólogo debe inspirarte confianza,  ser empático y no juzgar o recriminarte acerca de lo que le confías.

De igual forma, debes estar atento a cómo evoluciona tu situación después de algunas sesiones. Si después de varios encuentros te sientes igual que al principio y no observas ningún cambio positivo, lo más probable es que la terapia con ese especialista no esté dando los resultados esperados y quizás debas probar con otro.  Ahora bien, ten paciencia las cosas de la mente tardan tiempo en ser modificadas.

Así mismo es importante que tengas en cuenta que un buen psicólogo no es aquel que te va a decir qué  hacer o qué no hacer. Un buen psicólogo es el que te da las herramientas necesarias para que tú mismo puedas evaluar tus opciones y así tomar las decisiones más acertadas.

Ahora bien, te recomendamos que sigas estos consejos a la hora de elegir un psicólogo. Te garantizamos que si los sigues encontrarás un profesional que te orientará y ayudará a resolver cualquier conflicto emocional que se te pueda presentar. ¡En Mi Psicólogo Getxo cumplimos con todos estos puntos! ¡Ven y compruébalo!

¿CÓMO SABER SI EL ESTRÉS QUE TIENES ES BUENO O MALO?

Muchas personas consideran que el estrés es un elemento negativo en nuestras vidas. ¿Tú lo piensas igual?

Hasta hace unas décadas, no se le había prestado la atención debida al estrés. No fue sino hasta que algunos científicos comenzaron a realizar estudios cada vez más significativos acerca del efecto que éste tiene en el organismo, que se determinó la importancia de conocerlo y saber cómo afrontarlo.

El estrés ha existido siempre, y lejos de lo que muchos puedan pensar, es una respuesta fisiológica totalmente normal ante las diversas situaciones que experimentamos en nuestra vida diaria. Cuando afrontamos una situación extrema, se desencadenan en nuestro organismo una serie de procesos que tienen como finalidad enfrentar y superar dicha situación.




Una situación estresante puede ser cualquiera: la entrega de un proyecto, llegar puntual a alguna cita, cumplir con alguna actividad en el trabajo, realizar alguna tarea escolar, entre muchas otras. El estrés hace que podamos cumplir con lo que se nos pide o exige de manera satisfactoria.

En la era prehistórica, cuando nuestros antepasados comenzaban a poblar el planeta, el estrés tenía otra connotación más urgente, ya que tenía que ver con la supervivencia de nuestra especie. Cuando un hombre se encontraba de frente con algún depredador, experimentaba estrés. Ese estrés hacía que en su cuerpo se produjeran una serie de cambios (aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, secreción de catecolaminas y cortisol, entre otros), que lo preparaban para la huida o la lucha. El estrés fue fundamental en la supervivencia y prevalencia de la especie humana.

Ahora bien, cabe preguntar: ¿Es malo todo el estrés? Esta es una pregunta interesante y para muchos la respuesta sería afirmativa. Sin embargo, hoy en día sabemos que no todo el estrés es malo, ya que existe un estrés considerado positivo y otro negativo.  

El estrés positivo se conoce con el nombre de Eustrés. Es positivo porque impulsa a las personas a tener espíritu de superación, a alcanzar metas y objetivos, a salir de la zona de confort y a afrontar retos de manera exitosa. Se cree que este tipo de estrés mantiene activa la vitalidad, así como también la energía.

El eustrés reviste una gran cantidad de beneficios para el individuo, entre éstos se pueden contar: estimula la creatividad y la capacidad para resolver conflictos, clarifica la mente para optimizar el proceso de toma de decisiones, aumenta ciertas funciones orgánicas (respiración, ritmo cardiaco) estimulando por ejemplo la oxigenación del cerebro, entre otras. Este es el tipo de estrés que nos hace salir victoriosos ante un examen académico, la exposición de algún proyecto o una reunión importante en el trabajo.

Ahora bien, ¿Qué ocurre si ese estado de estrés se mantiene sostenido en el tiempo? Hace su aparición la contraparte del eustrés: el distrés (estrés malo). Cuando la persona se mantiene constantemente en un estado de alerta y angustia, identificando situaciones estresantes donde no las hay, el cuerpo está constantemente sometido a estímulos que desencadenan respuestas que no son realmente necesarias.


Entre las consecuencias orgánicas del estrés malo te podemos mencionar:

- Aumento del colesterol.
- Trastornos gastrointestinales.
- Depresión del sistema inmunológico.
- Problemas cutáneos.
- Problemas a nivel del sistema cardiovascular.
- Insomnio.
- Falta de concentración.
- Etc.

Esos son sólo algunos de los efectos fisiológicos que tiene el estrés malo en nuestro organismo. Si el estrés se mantiene durante períodos prolongados de tiempo, puede desencadenar enfermedades crónicas graves que incluso comprometan la vida.

Por ello es importante que aprendas a identificar cuándo estás bajo estrés negativo y de esta manera adoptar medidas para combatirlo. Entre las cosas que puedes hacer te podemos sugerir una modificación en la forma de pensar, trata de adoptar pensamientos positivos y no dejarte agobiar por las diversas situaciones que enfrentas a diario. Esto será de gran ayuda, ya que te permitirá afrontar de forma ecuánime y tranquila los retos que se te puedan presentar, a la par de mantener un buen estado de salud.

En Mi Psicólogo Getxo encontrarás profesionales especializados en el tratamiento del Estrés. Ponte en contacto con nosotros en el 675 71 35 37 o en mipsicologogetxo@gmail.com.

NIÑOS EMPERADORES

Estás en el supermercado y ves a una madre con su adorable pequeño. Este insiste en que le compren algo y la madre le responde cariñosamente que no. Inmediatamente el niño se altera y comienza a tener un berrinche insoportable y a exigir (Si, como lo lees: exigir) que aquello que ha pedido le sea dado, sin importar que todos cuantos están a su alrededor le miren estupefactos. ¿Te suena familiar esta historia? O peor aún, ¿has protagonizado algún episodio similar con tus hijos? Si es así, es importante que leas la información que te vamos a dar a continuación.

Lamentablemente, esta es una conducta que ha ido en aumento en los últimos años, debido en gran medida a las nuevas tendencias que han surgido en lo que se refiere a las diferentes formas de educar a nuestros niños.




Sí, las épocas han cambiado y no es lo mismo criar a un niño ahora que hace unos 10 o 15 años. Eso lo sabemos. Sin embargo, es importante reconocer que hay parámetros disciplinarios que deben mantenerse, pues de lo contrario podríamos encontrarnos frente a lo que los especialistas denominamos: “Niños Emperadores”.

El Síndrome del Niño Emperador surge cuando los papeles en la crianza de los hijos se desvirtúan, el padre deja de ser la figura guía del niño y se convierte en un ser inferior que existe solo para complacer las necesidades y deseos del pequeño. En este sentido, el niño deja su rol de hijo y se convierte en todo un tirano, exigiendo, ordenando y demandando que aquello cuanto desea le sea otorgado de manera inmediata.

¿Cómo se forma un niño emperador?

Seguro te estás preguntando ¿Cómo ocurre esto? Pues bien, en la actualidad, la vida es totalmente diferente, los padres se encuentran tan ajetreados con su quehacer laboral y otras actividades, que tienen muy poco tiempo para dedicarle a sus hijos. Es por esto que tienden a darles todo cuanto piden, como manera de subsanar la ausencia de ellos en sus vidas. En este sentido, se les está dando la falsa idea de que se merecen todo sin ningún esfuerzo.

Así mismo, en ocasiones los padres fracasan a la hora de establecer los límites y normas que deben cumplirse en el hogar. Esto trae como consecuencia que los niños crezcan sin un adecuado balance de orden y disciplina, por lo que se les crea la falsa percepción de que pueden hacer lo que quieran y esto no traerá ninguna consecuencia.

Los especialistas han notado con suma preocupación que este problema se ha incrementado de manera exponencial últimamente, por lo que continuamente están alertando acerca de los peligros de criar a nuestros hijos de esta manera.

Las consecuencias de criar niños emperadores no se ven a corto plazo, sino a futuro. Es ahí cuando aparecen los jóvenes adultos que no tienen ninguna noción de lo que es esforzarse por alcanzar una meta, ya que creen que se les debe dar todo sin un mínimo de esfuerzo y trabajo. Estos individuos constantemente tienen problemas interpersonales con los demás, ya que creen que el resto del mundo existe solo para servirles.

¿Cómo evitar criar niños emperadores?

Ahora que hemos identificado el problema, es importante comenzar a buscarle solución. A continuación, te damos algunos tips que, no solo te ayudarán a evitar que tu hijo se convierta en un niño emperador, sino que te permitirán criarlo de manera tal que le estarás proporcionando las herramientas para convertirse en un adulto responsable, empático, provechoso y de valor para la sociedad:




No: la palabra mágica

Sí, es cierto que a nadie le gusta escuchar esta palabra. Sin embargo, es de vital importancia que nuestros hijos la conozcan y se familiaricen con ella. Hay ocasiones en las que simplemente no podemos complacerlos y es importante que ellos comprendan que no todas las veces obtendrán lo que desean. Es importante que entiendan que para alcanzar algo deben esforzarse y poner de su parte.

Cuando se les niega algo, hay que explicarles las razones de tal decisión, para que ellos entiendan a su vez, que detrás de cada acción hay un por qué.

Los límites son necesarios

Uno de los aspectos más importantes en la crianza de nuestros niños son los límites. Hay que establecer normas claras y precisas que ellos deben cumplir. Algunas de estas deben ser fundamentales e inmodificables, como por ejemplo no pegar a nadie o no insultar. Otras podrían ser negociadas, dependiendo del contexto.

Fomenta la empatía

Es de vital importancia que nuestros hijos entiendan que todas y cada una de nuestras acciones tienen consecuencias y efectos en los demás. Es por esto que debemos estimular en ellos la empatía como la forma de ponerse en el lugar del otro y de esa manera comprenderlo. Esto genera en ellos una conciencia real de su lugar en el mundo.

Estar presente

Este es un punto fundamental. A pesar de lo mucho que trabajas o de lo ocupado que estás, es indispensable que estés presente y participes de manera activa en la crianza de tus hijos. Conversa con ellos, comparte actividades a su lado y escúchalos cuando tengan algo que decir. Hazles sentir que son parte importante de tu vida y edúcales con tu buen ejemplo. Recuerda: los niños imitan lo que ven en casa.

Si sigues estas sencillas recomendaciones, estamos seguros de que estarás criando niños educados, sencillos, seguros de sí mismos y capaces de afrontar cualquier reto que la vida les plantee y en especial, niños felices.


No temas involucrarte activamente en la crianza de tus hijos. Anímate a romper con el estereotipo de que todos los niños de esta época son en alguna medida emperadores. Cría a tus hijos para la vida. 

PROTEGERNOS DE RECUERDOS TRAUMÁTICOS, ¿ES BUENO?


¿Cuántas veces hemos querido que nuestros recuerdos desagradables fueran borrados, para así afrontar con más confianza nuestra vida? Muchas veces ¿verdad?

Es innegable que ciertas emociones nos detienen, como por ejemplo el dolor, la tristeza y el miedo. Estas tienen una vinculación determinante en experiencias traumáticas en la vida, por ende, bloquearlas o desecharlas sería un gran alivio.

La mente humana sigue siendo un campo abierto y fructífero cargado de conocimientos ignorados, mecanismos formidables y complejidades aún no develadas.Muchos estudios actuales abordan si es posible desechar los recuerdos o memorias no deseadas, los resultados apuntan a que sí.




Lo anterior se conseguiría únicamente partiendo de cómo funciona nuestro cerebro (conexiones neuronales donde sustancias químicas actúan para generar respuesta), ubicando las conexiones responsables de estos en la corteza cerebral individual, regulando nuestras “visitas” a los recuerdos no deseados (la memoria se fija debido a la evocación recurrente) y haciéndonos conscientes de los traumas. Solo así lograríamos desvincular el recuerdo con las reacciones físicas y el posterior comportamiento.

En este campo, el gran descubrimiento que nos brinda aliento, es que la memoria no es un “espacio rígido”, al contrario, es una red de múltiples articulaciones, moldeables, no estables, ni inalterables.Un ejemplo que nos puede ayudar a comprender esto es: cada vez que traemos al presente una reminiscencia, la podemos distorsionar, cambiamos algunos elementos o variamos la intensidad de las reacciones ante ella. Con esta evidencia, alterar nuestra “relación” con un recuerdo no deseado es posible si tenemos consciencia del mismo y actuamos decididamente en función de ello.

Pero sobreviene la objeción de Sigmund Freud (padre del psicoanálisis), quien consideraba que en el campo del subconsciente hay muchos elementos que quedan latentes y que pueden manifestarse inconscientemente en la persona.

Propuestas como “la reconsolidación de la memoria” (fijación de nuevos recuerdos que sustituyen a los existentes y traumáticos) y la propuesta en la administración de sustancias o drogas específicas, profesan el futuro de las investigaciones. En este amplio y novedoso andamiaje de teorías, hay una pregunta indispensable: ¿Qué deseamos hacer, bloquear nuestra memoria o evolucionar?




A pesar de tener recuerdos no gratos, evocarlos y que pierdan sus efectos negativos en nuestra vida, podría afectar otros aspectos importantes de la vida como el dolor, la alegría y la paz, que de igual manera son necesarios para la armonía del ser integro. Además ¿es ética la aplicación de drogas, y la manipulación de nuestra mente?

Cuántas ideas, sentimientos y reacciones se manifiestan en este delicado campo de acción. Las mismas que evidencian la complejidad de la vida.

Para concluir y a modo de reflexión les dejo una frase del mismo Freud: “He sido un hombre afortunado en la vida: nada me resultó fácil”.

Tal vez el centro de todo esté en el equilibrio que manifestemos sobre nuestras experiencias, y no en su evitación.

Protegernos de los recuerdos traumáticos es posible, pero es mucho más determinante saber de qué queremos protegernos, cómo y para qué.

¡Para nosotros es un placer ayudarte!

MITOMANÍA: MENTIROSOS COMPULSIVOS

¿Has escuchado hablar alguna vez de la mitomanía? Estoy segura que te sorprenderá si te digo que es uno de los trastornos psicológicos más comunes y de los que acarrean mayor cantidad de problemas en lo que respecta a las relaciones interpersonales.

En este artículo vamos a realizar un recorrido por los aspectos más resaltantes de la mitomanía.

En primer lugar, lo primero que debemos hacer, es definirla. Esta se define como la tendencia patológica a inventar historias acerca de su vida o de diferentes eventos. Fue descrita en el año 1900 y desde entonces se ha convertido en objeto de estudio de numerosos especialistas fascinados por este trastorno.




¿Por qué mienten las personas? 

A pesar de que es cierto que todos hemos dicho una mentira alguna vez en la vida, también es cierto que las personas que son mitómanas convierten a las mentiras en su forma de vida. Son capaces de mentir hasta en los asuntos más triviales. Ahora bien, existen una amplia variedad de razones por las cuales las personas tienden a mentir. La principal es una baja autoestima. Sí, las personas con baja autoestima se encuentran en una búsqueda constante de la aceptación y aprobación por parte de los demás. En este sentido, creen que a través de las mentiras fantasiosas y de la creación de historias serán aceptados con mayor facilidad por sus semejantes.

Así mismo, las personas que mienten compulsivamente tienen una necesidad patológica de ser admirados y valorados. Es por esto que se inventan historias en las que siempre salen fortalecidos o son los protagonistas. Lo hacen solo para satisfacer esa necesidad de ser admirados por los demás.

Igualmente, la mitomanía puede surgir como una forma de evadir la realidad y escapar de esta cuando es particularmente difícil. Esto se da principalmente en la infancia y los niños crecen con esta costumbre, la cual se convierte posteriormente en un hábito para ellos.

Finalmente, algunos especialistas plantean que la mitomanía forma parte de algún trastorno subyacente como por ejemplo la personalidad narcisista, síndrome de Munchausen por poderes o bien personalidad histriónica, entre otros.

Sin importar cuál sea la causa, lo cierto es que la mitomanía es un problema psicológico grave que debe ser atendido rápidamente con ayuda de un especialista. 




¿Cómo reconocer a un mitómano?

Seguramente esta es una pregunta que te estás planteando en este momento. Para las personas comunes, es difícil reconocer cuándo una persona miente por compulsión. Sin embargo, vamos a describir algunas señales que pueden darte un indicio de que estás tratando con un mitómano.

Es muy común que los mitómanos relaten la misma historia varias veces, aunque agregándole cosas nuevas cada vez. Así mismo, también suelen adueñarse de las historias de otras personas y las cuentan como si fueran propias. Además de esto, son personas fantasiosas que incluso pueden llegar a vivir desfasados de la realidad, en una constante fantasía que ellos mismos crean e incluso llegan a creer que es cierta.

Como puedes ver, para identificar a un mitómano, solo basta con prestar un poco de atención en el comportamiento y forma de hablar de las personas con quienes nos relacionamos.

¿Se puede superar la mitomanía?

Tal como ocurre con la gran mayoría de los trastornos psicológicos, sí es posible superar la mitomanía. Sin embargo, es extremadamente difícil, ya que el primer paso para lograrlo es que el mitómano reconozca que tiene un problema. Esto es muy difícil, pues los mitómanos se caracterizan por negar completamente su realidad y no aceptar que tienen un problema.

La ayuda especializada es fundamental para superar este trastorno, pues la principal vía para lograrlo es a través de la terapia de tipo cognitivo-conductual. Es importante modificar la percepción de la realidad por parte del paciente y esto solo se logra con ayuda de un profesional. En ocasiones, la terapia farmacológica también ayuda, pero esto depende de la gravedad del trastorno.

En conclusión, la mitomanía es un trastorno psicológico difícil de identificar y más aún, de vencer. Sin embargo, es posible superarla, con la ayuda correcta y muy especialmente con la determinación y disposición de quien la padece.

PERSONALIDAD COMPETITIVA: CUANDO GANAR LO ES TODO

¿Sabías que hay personas que necesitan destacar y ganar siempre en todo? ¿Has conocido a alguien así? O más aún, ¿eres tú una persona competitiva? Sin importar cuáles sean tus respuestas, te sugerimos que te quedes con nosotros, ya que vamos a abordar el tema de la personalidad competitiva. 

Las personas que tienen una personalidad competitiva son aquellas que constantemente tienen que destacar en cualquier actividad que realizan. Parecen tener una necesidad patológica de reconocimiento y siempre tienen que ganar, ya sea en algún juego o en cualquier otra actividad.



¿Qué caracteriza a una persona competitiva?

Tal como ocurre con todos los trastornos de la personalidad, en lo que respecta a la personalidad competitiva existen ciertos rasgos o características que permiten identificarla.

Lo primero que hay que saber de las personas con personalidad competitiva es que no suelen confiar en los demás para llevar a cabo ningún trabajo o tarea. Así mismo, como lo que les gusta es destacar, intentan no realizar trabajos en equipo, y hacerlo de forma individual. Esto se debe en gran parte a que siempre quieren tener el control en todo, pues no soportan que su éxito dependa del desempeño de otros.

Así mismo, este tipo de personas son egoístas y poco empáticas. Esto se traduce en que para ellos es totalmente intolerable e insoportable ver triunfar a alguien más. Para ellos lo más importante es ganar y no soportan ver a otros hacerlo.

Igualmente, para las personas competitivas no hay nada más importante que competir. Es por esto que prácticamente convierten todo en una competencia. Para ellos, todas las actividades que realizan es una oportunidad para lucirse y demostrar que son los mejores. Son personas que pueden llegar a ser insoportables porque incluso hasta un simple juego lo convierten en una competición encarnizada cuyo único objetivo es ganar.

Estas personas solo ven la vida de forma dicotómica, es decir, desde los extremos. Por ejemplo, las cosas o son buenas o son malas. O se gana o se pierde. O se es exitoso o se es un fracasado. Como puedes darte cuenta, es una forma muy radical de ver la vida, ya que sabemos que las cosas no son negras y blancas, sino que entre ellas existe toda una gama de grises que también tiene valor.

Como es de esperar, son personas que pueden tener muy mal carácter, especialmente cuando no alcanzan sus objetivos, es decir, cuando no ganan. Si esto ocurre, incluso pueden llegar a agredir físicamente a la persona que los superó. Definitivamente las personas con personalidad competitiva pueden llegar a ser un poco desagradables.



Ser competitivo… ¿Es algo negativo?

De forma general, la respuesta a esa pregunta tendría que ser No. Por supuesto que ser competitivo no es algo negativo. Ser competitivo ayuda a las personas a querer ser mejor, les da un incentivo para alcanzar metas y superarse a sí mismo.

Por supuesto, a todos nos gusta ganar y ser exitosos. Sin embargo, el problema surge cuando ganar se convierte en una obsesión y se comienza a valorar el esfuerzo tomando en cuenta solo el resultado obtenido. Cuando ya lo único que importa es ganar a cualquier precio y destacar por encima de los demás, es cuando podemos decir que ese rasgo se está convirtiendo en un gran problema en tu vida.

Las personas que sufren de una personalidad competitiva obsesiva experimentan ciertas consecuencias a nivel psicológico. Por ejemplo, son personas que sufren de miedo al fracaso. Para ellos perder es algo inconcebible y simplemente no lo consideran como una opción válida para sus vidas. Así mismo, desde el punto de vista emocional, son inestables, con cambios de humor frecuentes y repentinos. Todo esto puede llevar a la persona a tener sentimientos de frustración, insatisfacción e infelicidad.

Evidentemente, competir de vez en cuando no es malo. Querer ser mejor cada día y destacar no le hace mal a nadie. Sin embargo, es importante estar pendiente de las señales que indican que ganar se está convirtiendo en una obsesión. Si esto ocurre, lo más recomendable es buscar ayuda especializada a tiempo para evitar consecuencias que hagan mella en la salud.