Actualmente, gracias a todas las comodidades que nos
ha proporcionado la tecnología, se consideraría casi imposible una vida sin la
presencia de ella. Sea cual sea, móvil,
ordenador, GPS, entre otros. Todos presentan un gran avance en el mundo que
habitamos.
No obstante, en muchas ocasiones, según el uso que le
de cada persona, puede resultar dañina para nuestra salud. Abarcando efectos
negativos para la vista, oídos o el comportamiento en general.
Señalando un ejemplo de esta situación, se tienen las
distintas redes sociales, que, si bien es cierto, nos permiten conectarnos
con familiares y amigos a nivel mundial, acortando las distancias, también
ocasionan muchas veces problemas de autoestima, por ejemplo.
Diversas investigaciones han señalado que esta
particular forma de entablar relaciones genera en las personas ansiedad, estrés y depresión, además de todo, debido a la publicidad
físicamente superficial, se disminuye el grado de aceptación de la imagen de sí
mismo.
Por otra parte, muchas
personas tienden a desarrollar una especia de adicción a estas redes.
Presentando la necesidad de conectarse a Internet apenas llegan del trabajo o de la
escuela. Con esto, el cerebro no tiene tiempo para relajarse después de las
actividades del día, con lo cual se genera un estrés que puede afectar los
niveles de concentración, entre otros.
Otro aspecto que puede verse afectado en
nuestras vidas a causa de la tecnología es el sueño, si empleamos un
ordenador portátil o algún dispositivo móvil en horas de la noche se puede
afectar seriamente los patrones de sueño, pudiendo generar síntomas
de depresión.
El uso extremo de la tecnología puede producir un
aislamiento, debido a la ilusión que se presenta de estar estableciendo
conexiones reales con otras personas.
Los niveles de inseguridad también se incrementan, estos mecanismos
tecnológicos hacen que todo el tiempo se comparta la vida cotidiana con
muchísimas personas que no conocemos, y estos a su vez pueden conocer nuestra
posición económica y demás.
Pasar horas frente al ordenador, escuchar música con
auriculares en el MP3, hablar por el móvil durante horas o encerrarse a
escuchar música o jugar a diversos videojuegos, son conductas además de
ocasionar daños irreversibles a la vista y oídos, generan un estado de
disminución social en cada individuo.