EFECTOS DEL DIVORCIO

Que muchos matrimonios terminan en divorcio es algo que está muy documentado y por lo tanto son muchos niños los que tendrán que sufrir el divorcio de sus padres. Sin embargo, no hay estadísticas convincentes que puedan plasmar cuáles son los efectos de este problema en su totalidad.

Muchos niños sufren más de un divorcio. Otros sufren separaciones periódicas y desavenencias familiares en las que se presentan solicitudes de divorcio para luego retirarse. Así pues, divorciarse y volverse a casar no son datos estadísticos, sino una serie de transiciones por las que pasa la familia que modifican la vida del niño. 






El proceso de divorcio podría conceptualizarse como un acontecimiento vital permanente, que provoca grandes cantidades de estrés, y que requiere una serie de capacidades y estrategias de afrontamiento. En los primeros años de divorcio, los niños de estas familias muestran más problemas de conducta que los niños de familias que siguen unidas. Sin embargo, las relaciones conductuales pueden haber comenzado varios años antes como respuesta a los largos conflictos y alteraciones que suelen conducir a muchos divorcios.

A menudo los niños reaccionan al divorcio con conductas de agresión, antisociales, impulsivas y desobediencia. Asimismo, parece que éste afecta más a los niños que a las niñas.




Los más pequeños, niños de dos a seis años, fueron el grupo de edad al que más había afectado la crisis del divorcio, aunque no tenían muchos recuerdos ni de la familia unida ni de la ruptura matrimonial. La mayoría de ellos tenían un buen rendimiento académico. Muchos expresaban tristeza debido a las privaciones afectivas y económicas. Hablaban ilusionados de la agradable vida que imaginaban que habrían tenido si su familia se hubiera mantenido unida, y se tenían fantasías sobre sobre una reconciliación de los padres. Por otro lado, estos niños querían casarse y formar una familia, y esperaban poder evitar la infidelidad que había ocasionado el divorcio de sus padres.

Los niños de 9 años en adelante, parecían más negativamente afectados que los niños más pequeños. Un número significativo de ellos estaba cargado de recuerdos de lucha y ruptura matrimonial. Si bien la mayoría de ellos estaba a favor del matrimonio, les preocupaba poder repetirla infeliz experiencia matrimonial de sus padres. El 68% de estos niños, habían participado en una actividad delictiva de carácter menor. Aunque, las investigaciones indican que más de la mitad de los niños acaban siendo personas competentes y compasivas.