INFLUENCIA PERSONAL FRENTE A LA MEDIÁTICA


En los estudios de persuasión se muestra que la principal influencia en nosotros no son los medios, sino nuestro contacto con las personas. 
En un experimento llevado a cabo por Jonh y Nathan Macoby (1977) trataron de reducir la frecuencia de enfermedades cardíacas entre adultos de mediana edad en tres ciudades pequeñas de California. Para verificar la eficacia de la influencia de las personas y de los medios, entrevistaron y sometieron a examen médico a 1200 personas antes de que comenzara el proyecto, así como al terminar cada uno de los tres años siguientes. Los habitantes de la ciudad de Tracy no recibieron mensajes persuasivos, aparte de los que aparecen normalmente en los medios. En Gilroy, se realizó una campaña de dos años en televisión, radio, periódicos y correo directo, para enseñar sobre los riesgos coronarios y qué podían hacer para reducirlos. En Watsonville, esta campaña fue completada mediante contactos con dos tercios de los que se encontraban en el grupo de riesgo por su tensión arterial, peso y edad. Siguiendo los principios de la modificación de la conducta, los investigadores ayudaron a estas personas a fijar metas concretas y reforzaron sus éxitos.




Después de uno, dos y tres años, las personas propensas de Tracy tenían más o menos el mismo peligro que antes. Los individuos de alto riesgo en Gilroy, que fueron inundados con mensajes mediáticos, mejoraron sus hábitos de salud y redujeron algo su vulnerabilidad. Los de Watsonville, que recibieron visitas personales además de la campaña de medios, cambiaron más.
¿Reconoce la potencia de la influencia personal en su propia experiencia? En retrospectiva, casi todos los universitarios dicen que aprendieron más de sus amigos y de otros estudiantes que del contacto con libros y profesores. Los investigadores educativos han confirmado estas intuiciones: las relaciones personales fuera de clases ejercen un efecto poderoso en la maduración de los jóvenes en las escuelas superiores.
Aunque la influencia frente a frente es mayor que la de los medios no debemos subestimar el poder de éstos. Eliu Katz (1937) observó que muchos de los defectos mediáticos operan en un flujo de contaminación en dos pasos: De los medios a los líderes de opinión, y de estos al grueso de la gente. Si por ejemplo quiero evaluar algún equipo de fútbol, solicito la opinión de mi hijo, quien saca muchas de sus ideas de páginas impresas. 
El modelo de flujo de dos pasos no recuerda que la influencia de los medios penetra en la cultura de formas sutiles. Incluso, si estos tienen poco efecto directo en las actitudes de las personas, su impresión directa puede ser grande. Aquellos raros niños que crecen sin ver televisión no se escapan de su influjo. Salvo que vivan como ermitaños, en la escuela participaran en juegos que imitan a la televisión.  Les pedirán a sus padres juguetes relacionados con ella, como los que tienen sus amigos. Suplicarán o exigirán que les dejen ver los programas favoritos de sus compañeros. Los progenitores pueden reducirse a decir que no, pero no pueden apagar la influencia de la televisión. 




Agrupar todos los medios (correo, periódico, televisión etc.), es hacerse simplificaciones. En estudios en los que hacen comparaciones de ellos, se ha visto que cuanto más se acercan a la vida real, más persuasivo es el mensaje. Así, el orden de convencimiento parece ser: en vivo, en vídeo, audio y texto. Para complicar las cosas, la comunicación se comprende y recuerda mejor cuando es escrita. La comprensión es uno de los primeros pasos de persuasión. Por consiguiente, Shelly y Alice Eagly (1976) razonaron que, si un mensaje es difícil de entender, el convencimiento será más efectivo si está impreso, porque los lectores podrán asimilarlo a su propio ritmo. Algunos investigadores dieron mensajes fáciles y difíciles por escrito, en audio y en vídeo a diversos estudiantes de la universidad de Massachusetts. Los complicados fueron más persuasivos si estaban escritos; los accesibles, si estaban en vídeo.