¿Por qué, para los fanáticos de los deportes en todas partes,
importa quién gana?, ¿por qué los adultos perfectamente normales se convierten
en defensores desquiciados de su equipo y se deprimen cuando pierde?
Las teorías y las evidencias indican que
las raíces de la rivalidad vienen de lo más profundo. Hay algo tribal en
funcionamiento durante las dos horas de pasión. Nuestros ancestros, que vivían
en un mundo donde las tribus vecinas ocasionalmente atacaban y saqueaban los
campamentos, sabían que había una seguridad en la solidaridad (los que no se
agrupaban dejaban pocos descendientes). Ya sea el cazar, defender o atacar,
diez manos eran mejores que dos. Dividir el mundo en "nosotros" y
"ellos" conlleva costes significativos, tales como racismo y guerra,
pero también proporciona beneficios de solidaridad comunal.
La identificación del grupo se dispara aún más con el éxito. Los fanáticos encuentran el respeto personal por sus logros particulares, pero también, en al menos una pequeña medida, por su asociación con los atletas victoriosos cuando su equipo gana. De hecho, terminamos con una peculiaridad, cuando su equipo gana se oye "ganamos", pero cuando el equipo pierde los fans suelen decir "perdieron". Todo ello fruto de lo explicado en el artículo