Hoy hablaremos sobre el trastorno por ansiedad
generalizada. El trastorno se caracteriza principalmente por un
sentimiento de ansiedad de carácter persistente, insidioso y generalizado. La
ansiedad es el síntoma clave, y es vivida como una sensación de tensión interna
y dificultad para relajarse.
Generalmente se acompaña de síntomas depresivos de
escasa relevancia, y suceden en ocasiones exacerbaciones de la sintomatología
ansiosa pudiendo aparecer ataques de pánico.
Para diagnosticar a alguien de ansiedad debe de
manifestar una ansiedad y preocupación excesivas durante al menos seis meses,
además de la incapacidad para controlar dichas preocupaciones.
La persona con un trastorno por ansiedad
generalizada muestra al menos 3 manifestaciones somáticas entre ellas:
1. Inquietud o impaciencia.
2. Fatigabilidad fácil.
3. Dificultad para concentrarse o tener la mente en
blanco.
4. Irritabilidad.
5. Tensión muscular.
6. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o
mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador).
En cuanto a la evolución, el inicio se sitúa en torno
a los 20 años, posteriormente, suele seguir un curso crónico, aunque
fluctuante, con agravamientos en períodos de estrés.
Por otra parte, en torno al 5% de la
población padece este problema. Entre ellos, dos tercios son mujeres.
También encontramos este problema en la población
infantil y suele estar relacionado con preocupación excesiva en torno al
rendimiento o la competencia en el ámbito escolar o deportivo. Mostrándose
inseguros, perfeccionistas, buscando la aprobación de los demás.