El estado de ánimo deprimido es una de las condiciones
que de forma más frecuente genere malestar psicológico. De hecho, hoy en día,
la depresión es uno de los trastornos psicológicos más frecuente.
Sin embargo, el sentimiento de tristeza no es suficiente para
diagnosticar una depresión, de hecho, es un síntoma que está presente en la
mayoría de los trastornos mentales.
Las personas deprimidas presentan un tipo de sintomatología que podríamos incluir en cinco grandes grupos:
1. Síntomas
anímicos:
El síntoma anímico principal es la tristeza, una tristeza
que a menudo se vive como vital, como si saliera de dentro; pero también puede
ser sustituida por una sensación de irritabilidad. En depresiones severas,
puede ocurrir que la persona se muestre incapaz de sentir, una anestesia
afectiva. Otros síntomas anímicos son las sensaciones de abatimiento,
pesadumbre o infelicidad, pero también puede aparecer sensación de vacío,
nerviosismo, angustia o ansiedad.
2. Síntomas
motivacionales y conductuales:
En la depresión se suele producir un estado general de
inhibición, marcado por la apatía, abulia y anhedonia. En los casos graves esta
inhibición conductual se conoce como retardo psicomotor que se manifiesta por
un enlentecimiento generalizado del habla, de las respuestas motoras, el gesto,
etc.
3. Síntomas
cognitivos:
En primer lugar, se produce una disminución importante
en las capacidades cognitivas de la persona, memoria, atención, concentración,
resistencia a la fatiga, velocidad mental, etc.
En segundo lugar, encontramos distorsiones
cognitivas en la valoración de su entorno, del pasado y del futuro, así como de
su propia persona. Son frecuentes pensamientos de autodepreciación, culpa o
muerte. Puede incluso haber síntomas psicóticos, si se producen suelen
ser ideas delirantes de ruina, pecado o catástrofe.
4. Síntomas
físicos:
Por hacer un breve repaso de los más comunes, podemos
citar alteraciones en el sueño (generalmente insomnio, aunque también puede
aparecer hipersomnia), alteraciones en el apetito y en el peso (qué
también puede ser por defecto o por exceso), la fatiga, disminución de la
actividad y deseo sexual, molestias corporales (dolores de cabeza, de espalda,
náuseas, vómitos, estreñimiento...), molestias cardiorrespiratorias, etc.
5. Síntomas
interpersonales:
La dificultad para mantener la atención, la anhedonia
y muchos otros síntomas generan que el área de las relaciones
interpersonales se descuide (relaciones sociales). Disminuye su interés por la
gente El proceso es doble, porque la angustia que genera en su entorno conduce
a que sufran el rechazo de los demás, aislándose.
Es importante que el diagnóstico lo realice un
profesional de la psicología.