Gritar a los niños no te da más autoridad en ellos, al
contrario, la pierdes. Este recurso suele usarse sin pensar, sin meditar antes
otras posibles soluciones con una situación determinada ya que los recursos
cognitivos y emocionales están consumidos (agotados). Aquí lo que haces es
reconocer que los niños tienen el control en ese momento y que eres tú quien lo
pierde.
Cuando una persona está estresada, preocupada o
disgustada con otras cosas, suele utilizar esta estrategia (mala estrategia)
como modo de enseñanza o escape. Los niños son muy vulnerables y entienden que
cuando alguien les grita es porque no los quiere (aun esto no siendo así, es lo
que ellos piensan), el daño que le produce un grito al niño es irreparable, ni
un abrazo logra borrar ese recuerdo.
Consecuencias de gritarle a tu hijo:
-A nivel
cerebral: Estudios
afirman que la disciplina verbal (gritos) en los niños, causa una reducción
pronunciada en el cuerpo calloso, una especie de “cable” compuesto por células
nerviosas que conectan ambos hemisferios del cerebro.
-A nivel
psicológico: La disminución del cuerpo calloso causa
dramáticamente serios problemas en el estado de ánimo y la personalidad del
niño. Pueden resultar sumisos o al contrario, sumamente groseros y fuera de
control.
-Agranda la
desobediencia: El alzar la voz no es una buena estrategia para
educar a un niño, solo hace que este se vuelva más rebelde y que no te respete.
¿Qué hacer para
no gritarle a tus hijos?
1. Acepta primeramente que no puedes
gritarle: Ya que estas expresando debilidad y con esto no puedes
solucionar nada. Busca otras maneras saludables de que tu niño entienda lo que
le quieres decir. Recuerda que es un niño, solo piensan en jugar.
2. Respira profundo al detectar que estas
en el punto de alzar la voz: Respirar profundo durante 30 segundos ayuda
considerablemente a calmarte y pensar en frío las cosas, darte cuenta
que no hay necesidad de llegar a los gritos.
3. Que tus expectativas no sean mayores que
la realidad: Tener presente esto te ayudará, no esperes que tu hijo haga
cosas que deseas, para evitar que esto suceda, oriéntalo de buena manera
dirigiéndolo a lo que esperas, pero no te frustres si no logras el objetivo.
Cuando hay buena comunicación, hay mayores resultados positivos.
4. No te sientas culpable si llegas a
gritarle a tu hijo una vez: No somos seres perfectos, y por ello cometemos
errores constantemente, pero lo importante es que aprendas de ello y trates en
lo posible de no volverlos a cometer ya que no solo te estás lastimando a ti
con esa actitud, sino que lastimas a ese ser maravillo que tienes en tu vida y
que tanto amas, TU HIJO.
Aplica estos consejos y verás como la relación con tus
hijos cambia de una manera significativa para mejor. Te darás cuenta que llegar
a alzar la voz es completamente innecesario y que tu actitud hará la actitud de
ellos.