La programación
neurolingüística, ofrece múltiples claves para hacerse consiente de lo que
decimos, y su incidencia en nuestra vida y la de los otros. El cambio en
la actitud mental, permite abrirse a las oportunidades, a conocer nuevas
personas y a aprender lo bueno de ellas. Nunca es tarde para superarse,
para conseguir ese ascenso laboral, el amor y la vida que toda persona se
merece. Piensa en el mundo como un lugar que te ofrece en lugar de
quitarte, observa tus fortalezas en lugar de debilidades, todos somos
distintos, únicos, y por lo tanto tenemos un abanico de opciones para
destacarnos, para elevar la autoestima y tomar las riendas de nuestra
vida. Además, las buenas actitudes y respeto por sí mismo son una
inversión a futuro, ya que de ti aprenderán tus hijos, no es justo que ellos
repitan acciones o conductas que a futuro los hagan infelices.
CÓMO AFECTA LA NEGATIVIDAD
Seguramente has conocido o convives con personas que
se parecen al personaje de los comics Calimero, ese polluelo que rompió el
cascarón del huevo, pero no salió por completo del mismo. A dónde va lleva la
parte superior cubriéndole la cabeza y siempre dice “es una injusticia” ya que
a su entender todo lo malo le ocurre solo a él.
Y es que para algunas personas es un hábito vivir la
vida en tonos grises, vibrando en la negatividad. Nada los complace, nadie
es suficiente para ellos, nada los satisface, los fallos son su mayor foco de
atención, si tiene dinero no les alcanza para lo que ellos querían etc.
Sus imperfecciones son (según ellos) mayores que las
de los demás. Además, el pasado se vive en modo presente continuado, como una
película donde se observan todos los ángulos de lo que se debió hacer, pero no
se hizo. Y tal y como Calimero, todo lo que les ocurre son injusticias,
situaciones mal merecidas, con frases como: ¿por qué a mí?, ¡Siempre es lo mismo!
etc.
Lo lamentable es que quienes viven en negatividad en
ocasiones no son conscientes del impacto de ello en su vida y en la de los
otros. Las personas negativas suelen enfermarse más, sus sistemas
inmunológicos están en desventaja por lo que los catarros son habituales, y en
general es más fácil caer en cualquier tipo de enfermedad.
Obtienen menos logros que las personas positivas,
tanto laborales como afectivos, ya que constantemente viven con el miedo o la
tristeza que les sigue generando los errores del pasado (si los hubo) y los
errores que van a cometer (aun antes de haber afrontado una nueva tarea).
La negatividad es contagiosa, por lo que suelen ser
personas evitadas por otros. Las palabras negativas crean ambientes pesados y
si le agregas actitudes de desgano, el trabajo y las relaciones serán menos
productivas, menos alentadoras y más tediosas. El negativo vive con temor,
le es más difícil avanzar, perdonar y superar obstáculos.
Comprender que la negatividad es una actitud que se
aprende muchas veces por conductas vistas y repetidas de los padres o la
pareja, o por comportamientos previos ante un gran fracaso, nos da la clave
para entender como desaprenderla.