Si la depresión es el resfriado común de los trastornos psicológicos, entonces la soledad es el dolor de cabeza. La soledad, ya sea crónica o temporal, es la conciencia dolorosa de que nuestras relaciones sociales son menos numerosas o significativas de los que deseamos. Jenny de Jong-Gierveld (1987) observó en su estudio de adultos holandeses que las personas solteras y sin compromisos tienen mayores probabilidades se sentirse solas. Esto la urgió a especular acerca de que el énfasis moderno en la satisfacción individual y la depreciación del matrimonio y la vida en familia pueden ser "provocadores de soledad" (así como provocadores de depresión). La movilidad relacionada con el trabajo también ocasiona que haya familias y vínculos sociales de menor duración y un aumento en la soledad.
SENTIRSE SOLO Y EXCLUIDO
Pero la soledad no necesita coincidir con estar
solo. Uno puede sentirse solo en medio de una fiesta. "En Estados Unidos,
existe la soledad, pero no el estar solo", se lamentó Mary Pipher (2001).
"Existen multitudes, pero no comunidad". En Los Ángeles,
"existen 10 millones de personas alrededor de mí, pero nadie sabe mi nombre".
Y uno puede estar completamente solo, sin sentirse solo. Sentirse solo es
sentirse excluido de un grupo, no amado por quienes lo rodean, incapaz de
compartir sus preocupaciones privadas o ser diferente y alejado de quienes lo
rodean.
Los adolescentes más que los adultos experimentan la
soledad. Cuando se les enviaron varios mensajes en un localizador electrónico
en diversas ocasiones durante una semana y se les pidió registrar lo que hacían
y cómo se sentían, los adolescentes más que los adultos reportaron sentirse
solos cuando estaban solos. Hombres y mujeres se sienten solos bajo algunas
circunstancias distintas: hombres cuando estaban aislados de una interacción de
grupo, mujeres cuando eran privadas de relaciones cercanas. Se dice, que las
relaciones de los hombres tienden a ser de lado a lado: las relaciones de las
mujeres tienden a ser frente a frente. Pero para toda la gente, incluidos los
que han enviudado recientemente, la pérdida de una persona con quien se ha
estado apegado puede producir sentimientos inevitables de soledad.
PERCIBIR A LOS
DEMÁS DE FORMA NEGATIVA
Estos puntos de vista negativos pueden tanto reflejar
como colorear la experiencia de la persona solitaria. Creer en su poca valía
social y sentirse pesimista acerca de los demás inhibe a la gente solitaria de
actuar para reducir su soledad. La gente solitaria a menudo encuentra difícil
presentarse a sí misma, hacer llamadas telefónicas y participar en grupos. Como
son lentos para revelarse internamente, desdeñan a quienes revelan demasiadas
cosas muy pronto. Tienden a estar muy conscientes de ellos mismos y a tener una
baja autoestima. Cuando hablan con un extraño, pasan más tiempo en hablar
acerca de ellos mismos y toman menos interés en sus compañeros de conversación
que las personas no solitarias. Luego de tales conversaciones, los nuevos
conocidos a menudo se alejan con impresiones más negativas de la gente
solitaria.
Si últimamente te invade ese sentimiento de soledad de
manera abrumadora, no lo dudes y ponte en contacto con nuestros psicólogos en
www.mipsicologogetxo.com.