BENEFICIOS DE CONVIVIR EN ESPACIOS VERDES

En todas las etapas de nuestra vida es altamente beneficioso (tanto en lo físico como en lo mental), poder convivir de manera constante con las zonas verdes. Estas nos ayudan a regular los niveles de estrés, además de que son útiles en la lucha contra los altos niveles de polución que se encuentran presentes en nuestras ciudades, también son excelentes lugares para desarrollar la integración y esparcimiento familiar, grupal (tanto con amigos como con nuestros compañeros de trabajo).
La Organización Mundial de la Salud recomienda que cada ciudad debiera poseer un promedio de 9m2 por habitante, la cual debería estar bien distribuida para que puedan ser apreciadas y disfrutadas por todos de una manera equitativa, logrando brindar de esta manera una sensación de satisfacción mental al relajarnos tanto la vista como el cuerpo y al permitirnos interactuar con un ambiente distinto al ritmo acelerado que nos brinda la ciudad, previniéndonos de problemas mentales como la ansiedad, estrés laboral e incluso la depresión.




Es por ello que para la mayoría de las personas nos resulta más llamativo poder residenciarnos en los suburbios, aunque ello signifique tener que pasar más tiempo al volante o en el transporte público para poder realizar nuestras rutinas y compromisos diarios. Sin embargo, también es cierto que hay otro buen porcentaje de personas que prefieren vivir directamente en la ciudad por la cercanía y comodidad que la misma les brinda para con los diversos servicios, no haciendo a un lado la necesidad de poder adquirir su lugar de residencia cerca de una zona verde (comúnmente cerca de parques o jardines).
El que los niños puedan tener la oportunidad de recrearse en zonas verdes les beneficia de igual manera en la reducción de sus niveles de ansiedad, además de que las posibilidades de que desarrollen hiperactividad o déficit de atención disminuyen considerablemente.
Entre las múltiples actividades que se pueden realizar en los espacios naturales, podemos destacar las siguientes:
-Caminatas.
-Trotar.
-Pasear en bicicleta, patines o patineta.
-Practicar Yoga.
-Participar en bailoterapias.
-Realizar un picnic con la pareja, familia o amigos.
-Practicar la lectura.
-Jugar frisbee.
-Pasear con las mascotas.
-Jugar con los hijos.
-Jugar Futbol.
-Relajarnos junto a un árbol escuchando nuestra música favorita.
-Realizar conversaciones amenas en un ambiente natural y tranquilo.
-Desarrollar las capacidades artísticas pintado cuadros, escribiendo poesías, canciones, música e incluso inspirándonos para la escritura de un libro.




Estudios demuestran que la práctica de actividades físicas en zonas verdes tiene un mayor impacto positivo en nuestra salud (física y mental), que el que obtenemos al practicarlo en espacios de puro asfalto y concreto.
Diversas investigaciones realizadas por múltiples instituciones coinciden en que la carencia de espacios naturales en las ciudades, permite el lamentable surgimiento y desarrollo de un mayor índice de comportamientos violentos en una parte de los ciudadanos que hacen vida en ellas. Este desfavorable aspecto podemos mejorarlo apoyando y promoviendo (de una manera constante), iniciativas que permitan el rediseño de nuestras ciudades con construcciones de espacios ecológicos.