Vivimos inmersos en la tecnología, y sin duda se ha convertido para
algunos en algo tan necesario como comer o respirar.
La necesidad de comunicarse y mantenerse informados de
lo que acontece en nuestro entorno, desde lo más trivial hasta lo más complejo
se incrementa, bien sea por curiosidad o por moda.
Algunas de las
causas que conllevan a una adicción de este tipo:
-Factores como
la comodidad: Para conocer a otros sin salir de nuestra casa,
sin tener que afrontar riesgos como la timidez que implica ese primer contacto
con otros, evitando ser juzgados, e incluso la posibilidad de resultar heridos
físicamente o emocionalmente, han contribuido a que más y más personas
prefieran escudarse tras un chat, antes de dar el paso de encarar físicamente a
otro (si es que eso llega a ocurrir).
-La tecnología
nos aligera muchas tareas diarias: No podemos negar esto, pero cuando se convierte en
adicción, puede desde crear conflictos laborales, de pareja, como problemas
familiares, y sociales en todos los ámbitos.
-La necesidad de
leer lo que otros piensan a cerca de un tema: Además de recibir la
aprobación y atención de otros cuando damos una opinión.
¿Cómo reconocer
a un adicto a las redes sociales?
El adicto a las redes sociales toma constantemente su
teléfono esperando que otros estén en línea para empezar a intercambiar juicios
y esperar aprobación o desaprobación a los mismos, descuidando actividades
diarias como atención en el trabajo, baja el deseo de compartir con la familia
por considerar que no lo valoran tanto como los amigos del chat. Todo ello
conlleva a situaciones de riesgo como divorcios y despidos en el trabajo,
además de problemas más serios como adicción a páginas sexuales que acaban por
producir fijaciones con personas y escenarios irreales e incluso caer en la red
oscura de la web al dejarse llevar por sádicos, traficantes, consumidores de estupefacientes y
violadores.
Riesgos de esta
adicción
No todo el que ingresa en una página de contactos, lo
hace por necesidad de atención, en ocasiones detrás de una conversación
amigable se encuentra un delincuente, acosador e incluso asesino, que está
esperando que alguien le dé la suficiente confianza e información para poder
actuar.
El mayor riesgo lo sufren los infantes y adolescentes,
ya que por inexperiencia y poca malicia creen que redes sociales son un juego,
pudiendo acabar en conversaciones con pedófilos y voyeristas.
Otras personas con problemas de autoestima y baja
valoración, pueden llegar a sentirse afectados emocionalmente si no encuentran
la suficiente aprobación en una red social, o si por el contrario la atención
recibida es negativa, pueden caer en fuertes depresiones e incluso en casos más
críticos conducirlos al suicidio.
En conclusión
Lo cierto es que la adicción a las redes sociales, y
en general al abuso de Internet y todas las opciones que ofrece, debilita a
quien lo padece y a su entorno, destruye la vida social real de la persona y le
genera distorsión de la realidad física y moral, poniendo en riesgo su
discernimiento, comunicación y vida afectiva.