MIEDO AL INFIERNO

A pesar de que nuestra sociedad vive inmersa en la era de la tecnología, donde no es válido el “ver para creer” sino el chatear para creer, existe un temor bastante curioso, irracional y hasta salido de una película de terror, el miedo al infierno o hadefobia.
¡Y no es cosa de juego!
Quienes sufren esta patología no solo sienten ansiedad ante el tema, y experimentan situaciones físicas desagradables comunes por lo general a la mayoría de las fobias, sino que además son acosados por constantes pesadillas, y en el peor de los casos desmotivación ante la vida, y preocupación por terceras personas que a su entender son ateos y pecadores.




Como si no fuera bastante afrontar las situaciones de estrés que conlleva cada día, los hadéfobos, son atacados por pesadillas con demonios, monstruos y torturas físicas en un infierno mental creado por sus propios pensamientos durante la vigilia. Por lo que la persona se tortura constantemente, se preocupa de lo que puede pasar si no obra de forma adecuada, si llega a tener pensamientos obscenos, e incluso por la vida después de la vida que padecerán aquellos que no creen en Dios, o por quienes delinquen y asesinan.
Se ha llegado a comprobar que:
La hadefobia, es común a personas que han crecido y sido formadas en familias con creencias religiosas muy arraigadas, donde se inculca la cultura del paraíso y del infierno, lo cual más allá de motivar a la persona a tener una vida plena, le genera traumas sobre castigos que recibirá por la eternidad si no cumple con los preceptos pautados por las ideologías de una corriente religiosa determinada.
Aunque la mayor parte de las personas en el planeta practican una religión o al menos creen en una fuerza superior que los guía o que determina lo bueno o lo malo que les ocurre, y otros se declaran ateos o no creyentes;  para el grupo de personas con miedo al infierno, la práctica de la religión y la creencia ciega en lo inculcado no es cuestionable, y los ateos llegan a ser vistos como factor de tensión, ya que el hadéfobo no sólo sufre y siente por lo que le podrá suceder a su alma, sino a la de los demás.   
El sentimiento de culpa, temor, confusión, tensión, desprecio a los pecadores y a cualquier pecado, miedo a dormir para evitar las pesadillas, y la oración como medio de salvación son algunos de los síntomas a simple vista inofensivos para muchos, que pueden sufrir los hadéfobos.




En conclusión
Lamentablemente, detrás de quienes viven padecen esta patología, se encuentran redes de personas sin escrúpulos que empeoran la situación con páginas web que acentúan las conductas y pensamientos sobre el infierno, y que se valen del temor del hadéfobo para lucrarse a través de cuentas donde se “venden” bendiciones y expiaciones a tus pecados, y donde además puedes contribuir a salvar las almas de otros pecadores obsequiándoles bendiciones (que previamente has cancelado con dinero o comprado) para así poner en paz no solo tu alma sino la de muchos otros y evitarles arder en el infierno eterno.
Si este síntoma se acentúa en ti o en algún conocido, es necesario recibir ayuda de profesionales en la materia. No permitas que la situación empeore, hay una solución y la tienes en tus manos.