En 1980 los investigadores descubrieron que existían
un patrón de conductas que permitía clasificar a las personas según sus modos
de ser. Se descubrió que había personas más propensas a padecer cáncer y
otras enfermedades como asmas y resfriados.
Personalidad
tipo C
El rasgo común en estas
personas es su poco asertividad, se someten a los deseos de otros, son pasivas,
niegan sus gustos y preferencias. Ocultan sus emociones negativas, tratan de
mantenerse siempre calmados, aunque internamente estén en conflicto con sus
ideas. No expresan miedo, ansiedad, o tristeza. Se preocupan por ayudar
siempre a los demás, cooperar y sacrificarse por los demás. Se quejan
poco, son amables y buscan estar bien con todas las personas. Tienden sin
embargo a la depresión.
La incapacidad para demostrar adecuadamente lo que
pasa por sus cabezas, incide directamente en su salud. Este tipo de personas
deberán aprender a sentir y expresar sus emociones, luchar contra la apatía,
desesperación e ira interior, hacer valer lo que piensan y aprender a decir no.
Personalidad tipo
B
La mayoría de las personas
encajan en la personalidad tipo B. Este es un intermedio entre la personalidad
pasiva y la agresiva, son personas bastante equilibradas, asertivas,
comunicativas y felices. Saben hacer valer sus derechos, la opinión de los
demás tiene el peso justo sobre ellos, ni más ni menos, demuestran
adecuadamente sus emociones conforme las situaciones que deban experimentar en
la vida. Son fáciles de llevar, tienden a hacer muchos amigos, son
reflexivos, triunfadores en los negocios, se plantean metas y logran
alcanzarlas sin perjudicar a nadie en su camino al éxito. Sus situaciones
de vida son manejadas con calma, lo que evita que se estresen o alteren con
facilidad.
Personalidad
tipo A
Se ha determinado que este tipo de personas son
agresivas, posesivas, orgullosas, competitivas, egoístas, ambiciosas y
hostiles. Presentan problemas para controlar sus emociones, suelen
explotar con ira ante cualquier mal entendido en lugar de aclararlo Además son
por lo general quienes interfieren en las relaciones emocionales de otros
provocando confusiones, son más infieles, mal intencionados, mentirosos,
desconfiados de otros y poco confiables. Viven acelerados, nunca
descansan, siempre están pensando en el modo de conseguir más de lo que
tienen. No existe complejo de culpa, aunque sepan que están actuando mal,
no aceptan sus errores. En estas personas el factor salud pende de un hilo,
el corazón suele ser el órgano más afectado por las emociones dañinas mal
encaminadas.
Tanto las personas del tipo A como las del tipo C,
requieren de ayuda psicológica que les permita superar sus conflictos internos,
aprender a encaminar sus emociones y la expresión de las mismas. En ambos casos
son personas con poco asertividad que tendrán que aprender a lidiar con las
opiniones de otros, respetarlas y responder adecuadamente.
Existe un cuarto grupo de personalidad llamada
“personalidad mixta” que suele ser una combinación entre el tipo A y B. Es una
personalidad condicionada a las situaciones, algunas son altamente llevaderas y
en otras ocasiones algún desencadenante provoca el estallido emocional.