¿Has notado que los grandes oradores y políticos
(quienes también son oradores, pero se encargan de vendernos sus propias ideas)
cuidan mucho los gestos que hacen en público.
Ellos tienen claro que un gesto que contradiga lo que dicen, puede costarles la
credibilidad y por ende sus carreras. Es por ello que invierten fortunas
en personas que se encargan de preparar no solo sus discursos, sino que además
analizan cada uno de sus movimientos de manos, desplazamiento en tarima,
movimientos de las cejas, y cualquier otro ademán que pudiera sugerir que están
mintiendo. Para así modificar lo que no sirve y adoptar nuevas posturas
más acordes a cada propósito.
En la vida cotidiana, es muy útil conocer más acerca
del lenguaje corporal ya que por nervios o desconfianza en los conocimientos
que se poseen, muchas personas pierden grandes oportunidades en sus vidas
cuando sus palabras no van de la mano con sus expresiones físicas.
Quienes están al frente de las empresas en el área de
contratación de personas, manejan grandes conocimientos sobre expresión
corporal, es así como logran descubrir si las personas que se presentan a un
puesto mienten respecto a los conocimientos y actividades descritas en sus
currículos.
¿Quieres
adentrarte en el mundo del lenguaje corporal?
Entonces prepárate para conocer a groso modo lo que
significa cada movimiento que de manera inconsciente efectúas mientras estás
hablando. Por ejemplo: ¿sabías que las personas cuando mienten suelen
efectuar algún movimiento con su nariz? La verdad es que cuando alguien está
acostumbrado a decir mentiras le es casi imposible no tocarse la nariz, moverla
o arrugar la cara.
En las mujeres es señal de inseguridad acariciarse el
cabello constantemente mientras están conversando. Así que si tu intención
es influir en otra persona evita mover tu cabello y enrollarlo entre los dedos
de las manos.
Los movimientos descontrolados en los pies, tanto en
hombres como en mujeres, son una señal de incomodidad, revelan que desean salir
del lugar en el que se encuentran. Y si hay una puerta cerca, es muy probable
que inconscientemente el pie este apuntando la salida.
Una persona que camina o se sienta encorvando los hombros, está manifestando que es inseguro de sí mismo, y es incluso probable que haya crecido en ambientes familiares muy autoritarios en los que sus ideas se veían opacadas por las de otros.
Una persona que camina o se sienta encorvando los hombros, está manifestando que es inseguro de sí mismo, y es incluso probable que haya crecido en ambientes familiares muy autoritarios en los que sus ideas se veían opacadas por las de otros.
Muchas personas evitan hablar delante de extraños, tan
solo observan; pero para quienes manejan cierto conocimiento en comunicación
corporal, no les será necesario escuchar a la persona para conocer lo que pasa
por sus mentes.
Una forma correcta y simple de comunicar tranquilidad
y coherencia con las ideas que se han de expresar es manteniendo ambos pies
posados sobre el suelo, bien sea que se esté de pie o sentado, esto da la
impresión de total control sobre la situación.
Las manos también comunican más de lo que parece.
Estudios en lo que se han utilizado como sujetos de investigación a políticos
como Barack Obama o Margaret Thatcher, demostraron que dejaban entrever
constantemente las palmas de sus manos cuando se dirigían al público en sus
discursos. La razón es más compleja de lo que parece, ya que este simple gesto,
es percibido por el observador y a la vez interpretado por el cerebro como una
demostración casi irrefutable de que “no tenían nada que ocultar” y de que el
discurso es “totalmente cierto”. Algo muy importante cuando se opta por un
cargo de administración pública.
Por todo esto, de ahora en adelante, debes mantenerte
atento tanto a los gestos de otros como a los propios. Intenta dominar y
erradicar cualquier tic al hablar con otras personas, sobre todo si se trata de
tus jefes o docentes. Y verás como no solo ganas confianza en ti mismo,
sino que conseguirás influir positivamente en quienes te rodean.