LO QUE OCURRE CUANDO DAS DEMASIADO DE TI

Ser amable, educado y gentil son cualidades excepcionales en cualquier ser humano. Una persona con estas características es adorable y tiende a ser visto como integral. Sin embargo, no todos son tan excepcionales como tú, por lo que, si bien es cierto que preocuparse por otros es digno de admiración, también sucede que tus buenas acciones pueden volverse autodestructivas y apartarte de tu propia felicidad.

¿Quieres saber si estás dando más de lo que deberías a otras personas? Continúa leyendo y conoce las cinco señales que indican que probablemente estás dando demasiado de ti mismo y la manera en que otros pueden aprovecharse de tales circunstancias.





1.- Las personas esperan que cedas siempre
Cuando constantemente antepones el tiempo, emociones y necesidades de otros a las tuyas ¡los demás lo notan!  
Mientras que tus verdaderos amigos tenderán a apoyarte y protegerte, puede que los extraños se aprovechen de tu amabilidad desbordada y esperen a que cedas siempre que te pidan un favor, aun cuando ellos sospechen que te es casi imposible realizarlo o que puede generarte problemas laborales, económicos y emocionales. Sentir empatía, no significa que pierdas tu asertividad. Decir “no” de vez en cuando también es saludadle y le permite a los demás avanzar hasta encontrar por sus propios méritos aquello que necesitan.
Cuando experimentas incomodidad, dudas, apatía e infelicidad por tener que cumplir con la petición de otra persona, tu mente te está indicando que es el mejor momento para decir ¡no!
2.- Ocultas tus verdaderos sentimientos
¿Prefieres ocultar tu opinión y tus sentimientos reales para evitar hacer sentir mal a otros ya que crees que si les expresas lo que sientes puedes herirlos?
Debes comprender que por más que intentes ayudar a todos, siempre exigirán más de ti.
Tu única misión es ser fiel a ti mismo, y solo si puedes conseguir esto es que ofrecer ayuda a otros tiene sentido.
3.- Te descuidas a ti mismo
Es una irresponsabilidad, más que un acto de heroísmo, el colocar las necesidades de otros por encima de las tuyas. No solo te sentirás agotado en algún momento, sino que puede que afecte tu autoestima.
Aprende a establecer límites, solo sintiéndote pleno y satisfecho podrás ayudar a alguien más. O como reza el dicho: no puedes dar aquello que no dispones. Así que relájate, respira y recarga energía.



4.- Todos te buscan
¿Tienes un encanto particular para atraer personas necesitadas? Esto no está mal, siempre que puedas ayudarlos sin perjudicar tu salud, tiempo y emociones. Pero si además llegan constantemente a tu vida personas problemáticas, abusivas que te usan para obtener lo que quieren ¡es momento de replantearte tu manera de ser!
5.- Te cuesta establecer límites
Cuando das demasiado de ti mismo, te sientes agotado, dedicas más tiempo en resolver los problemas ajenos que los propios, dejas de lado tú tiempo libre, en resumen: ¡te desgastas más de lo debido!
Ten cuidado porque tu salud puede verse afectada. Mientras más problemas resuelvas, más problemas aparecerán. 

El mundo requiere de personas amables, comprensivas y compasivas, pero es muy cruel para quienes no hacen valer sus derechos. Ser empático no es sinónimo de ser víctima de otros. Solo valorándote los demás te valorarán y tendrá sentido ser altruista.