La calidad de tu sueño incide en cada una de las actividades que has de realizar durante tu faena diaria. Pero en este artículo pretendemos orientarte en un sentido un poco diferente, es decir, dándote patrones de comportamiento que puedes modificar para que tus actividades no afecten la eficacia de tu sueño.
Lo creas o no, todas las cosas
que efectúas durante el día se quedan almacenadas en tu subconsciente, y
reaparecen justo cuando el cuerpo necesita descansar. Por lo que prestar más
atención a la manera en que nos desenvolvemos podría darles un vuelco positivo
a nuestras vidas. ¿Quieres enterarte cómo? Continúa leyendo.
1.- Construye
patrones
Si cada día te despiertas a la misma hora, creas
hábitos a los que se adapta tu cuerpo, pero para que estos surtan efecto real,
deberás respetar estos patrones incluso en los días de descanso.
Cuando lo haces, tu ritmo circadiano (que es el
encargado de regular la secreción de las hormonas y regular el metabolismo) se
adapta a trabajar de forma organizada. Tu despertar será más placentero, y a la
hora de dormir conciliarás un descanso más satisfactorio.
2.- Desayuna a
una hora fija
Aunque parezca increíble, la primera comida del día
afecta el sueño nocturno. Desayunar ayuda a preservar energías que son
necesarias para mantenerse activo durante todo el día, y proporciona calma al
cerebro, pues le indica al mismo que tus necesidades básicas serán cubiertas.
3.- No utilices
alarmas
Los despertadores o alarmas telefónicas alteran tus
patrones de sueño. Es mucho mejor acostumbrar al cuerpo a despertarse
amablemente.
El mecanismo de “despertar” realmente inicia dos horas
antes de abrir nuestros ojos cada día. Y cómo ya te explicamos, ello incide en
la liberación de tus hormonas. Cuando te despiertas abruptamente, interrumpes
la acción normal de tu cerebro, y su incidencia en la liberación del cortisol y
adrenalina, lo que te hará sentir agotado, molesto, y desanimado durante tu
faena.
Suponer que si pospones la alarma por unos minutos más
podrás descansar, y despertarte más reposado, tampoco es una opción, pues este
tiempo “extra” es de mala calidad ya que tu cerebro estará alerta, a la espera
del nuevo sonido de la alarma.
4.- Siestas
cortas
Dormir la siesta es importante para recuperar
energías. Consiste en un sueño breve que no debe pasar de veinte minutos. De lo
contrario se te hará muy difícil levantarte y retomar tu trabajo.
Incluso si no te quedas dormido, hacer un descanso
cada tarde, en donde puedas recostar tu cabeza, y despejar tu mente te ayudará
a sentirte más relajado.
5.- Evita los
carbohidratos
Tu ingesta diaria también afecta tu dormir nocturno.
Una dieta poco balanceada, o muy cargada de carbohidratos, aumenta el azúcar en
tu sangre provocando que pierdas el deseo de dormir y acabes trasnochando.
6.- Baños de sol
La luz solar estimula la producción de vitamina D. Esta
es necesaria para el sistema digestivo, y la absorción de los nutrientes de los
alimentos.
Además, regula tu ritmo de sueño, por lo que es
oportuno que te expongas al astro rey cada mañana por al menos 30 minutos.
7.- Evita tomar
café
Esta bebida te recarga de energía por las mañanas,
pero no es recomendable que tomes café por las tardes ya que alterarás tus
patrones de sueño entre tres y cinco horas, causando estragos para dormir.
8.- Nada de móviles
Está comprobado que el uso de móviles por las noches
altera el sueño. Esto ocurre porque la luz azul de la pantalla del móvil
despierta nuestro cerebro para que captemos más información y así el sueño se
suprima.
Existen otra clase de patrones adecuados que debes
tener presente para que tus noches sean mucho más placenteras. Por ejemplo
hacer ejercicios, y si ves televisión por la noche, evita las películas que te
impresionen ya que pueden generarte pesadillas.
En conclusión
Como pudiste notar, la calidad de tu sueño, es
directamente proporcional a lo que haces durante el día. Por lo que depende de
ti dormir mejor de ahora en adelante.
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