Las nuevas tecnologías y el
cambio de roles entre hombres y mujeres, permite expandir la imaginación cuando
de relaciones de pareja se trata.
Experimentar un noviazgo que
conduzca al matrimonio, no es una opción viable para muchos. En cambio, ahora
es común probar con distintas personas, hasta conseguir a la pareja indicada.
Es cuando surge el concepto de
“relación abierta”. Este término no es nuevo, pero se ha popularizado en las
últimas décadas. Consiste en un acuerdo entre las partes, en donde se establece
mantener la mente abierta. La idea es estar junto a otra persona, sin la
responsabilidad de un compromiso emocional profundo, de tal manera que, si
surgen nuevas oportunidades amorosas, o ligues ocasionales, se pueda acceder a
estas experiencias, sin ningún cargo de conciencia.
¿Quieres identificar si estás
en una relación abierta, o si te resultarían favorables? ¡Continúa leyendo, y
averígualo!
Básicamente, estas relaciones
se basan en compartir con una persona que está plenamente consciente que tienen
permitido salir con otros, y estar en la intimidad con quien, y cuando lo
desee, sin los tradicionales insultos, reclamos, llanto, divorcio y odio, que
surgirían en un noviazgo, o matrimonio tradicional.Las nuevas tecnologías y el cambio de roles entre hombres y mujeres, permite expandir la imaginación cuando de relaciones de pareja se trata.
Leamos algunas
de las características de una “relación abierta”:
1.- Ambas partes están de acuerdo en que pueden
compartir aventuras, e incluso apartarse de la persona con la que conviven regularmente.
2.- La comunicación entre estas parejas es
fundamental. Ambos necesitan informar cuándo van a salir, o llegar a casa con
“recién conocidos”; solo así evitarán malos entendidos, y situaciones
embarazosas. Además, les permite conocer sus emociones en caso de que alguno
empiece a enamorarse, y desee entablar una relación junto a otro.
3.- Se deben controlar los celos, ya que en teoría las
relaciones abiertas son más amistades con derecho, que noviazgos. Por lo que
reconocer y aceptar que no eres prioritario para el otro, es saludable para tus
emociones.
4.- Las relaciones abiertas no son una excusa para
erradicar el despecho. Aquí no se aplica el dicho: “¡Un clavo saca a otro
clavo!”
5.- En teoría, estás junto a alguien que no quiere
comprometerse, y tú tampoco quieres hacerlo. El otro te brindará apoyo, y ambos
se ofrecerán a solo aquello que contempléis.
6.- No se trata de experimentar sexo con cualquiera.
7.- Debes recordar que “eres un ser humano” con
emociones que a veces jugarán en tu contra. A pesar de la libertad que llegues
a sentir, también puedes llegar a experimentar dolor, angustia o deseos de
llenar vacíos que “tu amigo con derecho” no estará dispuesto a satisfacer,
porque no tiene el deber de hacerlo.
En conclusión, en toda relación existe la posibilidad
de fracasar, así que, si deseas participar de un vínculo de este tipo, ten
claro que tus parejas entrarán, y saldrán de tu vida, y tú de las suyas. Solo
un pequeño grupo de personas consiguen avanzar en este camino sin llegar a
enamorarse de alguna de las parejas con la que experimentaron sexo ocasional.
Nuestra recomendación es que lo pienses con
detenimiento. La inteligencia en estos casos permite comprender que se trata de
un cambio radical de vida, y que muchas personas te juzgarán por ello.
Necesitarás lidiar con los prejuicios.