Las personas abusivas, usualmente emplean palabras
obscenas para justificar cualquiera de sus acciones y fundamentar sus opiniones
y así hacerlas inobjetables.
Pero, no hay nada peor para quien agrade verbalmente,
que responderle sin perder el control. Si optas por enojarte y demostrar
que sus palabras te afectaron, estarás complaciendo el ego del grosero.
Pues quien constantemente es malcriado en su proceder y considera que lo que piensa y dice es lo mejor, se convierte en un maestro de las palabras y las usa para conseguir generar malestar sobre quien las escucha. Por esta razón, te presento las frases que puedes usar de ahora en adelante para desarmar a quien te ataca verbalmente.
Pues quien constantemente es malcriado en su proceder y considera que lo que piensa y dice es lo mejor, se convierte en un maestro de las palabras y las usa para conseguir generar malestar sobre quien las escucha. Por esta razón, te presento las frases que puedes usar de ahora en adelante para desarmar a quien te ataca verbalmente.
1.- ¡Como digas!
Esta frase no necesariamente marca el final de la
discusión, pero le indicará a la otra persona que no es tan importante su
discurso como para prestarle suficiente atención.
El grosero notará que lo que te dice no está surtiendo
el efecto esperado, y que por más que trate de agredirte, esto solo lo
conseguirá si tú le prestas la atención necesaria, cosa que evidentemente no
está ocurriendo. De esta manera, el “grosero” comprenderá que cuando
expresas un: ¡cómo digas! es equivalente a decir realmente un: ¡no me importa
lo que dices!
2.- ¿Qué esperas
ganar?
Es una pregunta contundente que desvía la discusión a
otro campo de acción y pensamiento. Es muy efectiva en caso de que alguien
quiera imponerte su modo de pensar o colocarte en ridículo ante un grupo de
personas.
Cuando la persona grosera recibe esta respuesta de tu
parte, su discurso se desarmará, se pondrá nervioso y bajará la guardia.
3.- ¿Eres feliz
siendo grosero?
Es posible que la persona grosera ni siquiera haya
notado lo desagradable que es cuando adopta esa actitud. Al preguntarle
¿si se siente feliz? puede que reaccione y de un paso atrás, haciéndose
consciente de sus acciones.
4.- ¿Solo tienes
cosas negativas para decir?
Esta frase es una de las más decentes y sutiles que
puedes decirle a quien pretenda intimidarte e incluso insultarte con palabras. Servirá
para que “el grosero” re-evalúe su comportamiento y analice nuevamente su
discurso.
Además, la mayoría de las personas le temen a ser
negativos porque comprenden las implicaciones que trae dicha actitud en todos
los aspectos de la vida.
5.- ¡Estás
lastimando mis sentimientos!
6.- ¡Gracias,
pero no!
Esta frase puede cambiar por completo el curso de una conversación, y le demostrarás a quien intenta afectar tus sentimientos que eres una persona asertiva que sabe establecer límites, y que tienes toda la educación que al otro le falta.
7.- Hablamos en otro momento
Detener una conversación cuando una de las partes se altera al punto de expresarse vulgarmente, es la forma más inteligente de demostrar que, nada puede lograr la otra persona mientras no controle su temperamento.
La contundencia de esta frase le hará pensarlo dos veces antes de volver a alterarse en próximas conversaciones.
Siempre hay alternativas para detener una conversación desagradable, nadie tiene el derecho de lastimarte o intimidarte a menos que tú lo permitas. Cómo pudiste leer, no es necesario caer en el juego de una persona temperamental para afectar o modificar su conducta. A veces, lo mejor que puedes hacer es ignorarlo, cada quien debe hacerse responsable de sus conductas y acciones sin intentar dañar a nadie más.
Esta frase puede cambiar por completo el curso de una conversación, y le demostrarás a quien intenta afectar tus sentimientos que eres una persona asertiva que sabe establecer límites, y que tienes toda la educación que al otro le falta.
7.- Hablamos en otro momento
Detener una conversación cuando una de las partes se altera al punto de expresarse vulgarmente, es la forma más inteligente de demostrar que, nada puede lograr la otra persona mientras no controle su temperamento.
La contundencia de esta frase le hará pensarlo dos veces antes de volver a alterarse en próximas conversaciones.
Siempre hay alternativas para detener una conversación desagradable, nadie tiene el derecho de lastimarte o intimidarte a menos que tú lo permitas. Cómo pudiste leer, no es necesario caer en el juego de una persona temperamental para afectar o modificar su conducta. A veces, lo mejor que puedes hacer es ignorarlo, cada quien debe hacerse responsable de sus conductas y acciones sin intentar dañar a nadie más.