Formarse para entregarle a otros tus responsabilidades, es una acción que implica riesgos, pero que sin embargo es fundamental efectuar si deseas llagar a convertirte en líder.
Hacerlo, genera muchas ventajas, como disminuir el
tiempo de acción, aumentar el rendimiento, además de ayudar a liberar carga
laboral para poder enfocarte en otras actividades.
Para ello es fundamental formar un bueno grupo de
trabajo con individuos en los que confíes plenamente. Estos deben ser
comprometidos, y poseer destrezas que les permitan cumplir con las tareas de la
mejor manera. Sin embargo, lo anterior es más difícil de lo que puedes
imaginar. Toma nota de las siguientes recomendaciones para que consigas desarrollar
las mejores decisiones.
¿Por qué debes
aprender a delegar tus responsabilidades?
Además de las ventajas ya mencionadas, se pueden crear
condiciones excelentes para el trabajo motivando a los integrantes de tu
equipo, y así obtener resultados óptimos.
Como buen líder, en ocasiones deberás estar con
personas a las que no conoces. Y en estas situaciones, se hace necesario sacar
a flote tus mejores cualidades. Ofrecer una buena imagen, habla muy bien de ti
como persona que respeta, y comprende que los demás también poseen habilidades
que merecen explotar y dar a conocer. Esto crea una especie de reciprocidad, en
la que el equipo humano siente respeto por ti, y se esfuerza por incrementar su
nivel de compromiso respecto a las tareas que les asignaste.
¿Por qué delegar
genera temor?
Existen diversas razones por las cuales pudiésemos
llegar a sentir miedo al compartir responsabilidades:
1.- Surgen pensamientos en torno a las capacidades,
filosofía, y nivel de responsabilidad que debería tener la otra persona, y que
de alguna manera pudiera incapacitarle para afrontar nuevos desafíos.
2.- En un mercado tan competitivo laboralmente, darle
una tarea a una persona que pudiera llevarse el crédito, genera recelo en los
jefes y empleados de alta jerarquía, llevándolos a pensar dos veces antes de
confiar sus actividades a terceros.
3.- Por otro lado, asumir que tú puedes concluir una
labor mucho más rápido, o que esta no pudiese llegar a gustarle a tus
superiores si la realiza alguien más, y que lo anterior genere desconfianza en
ti a futuro, también causa dudas a la hora de delegar.
¿En qué se
diferencian la delegación de la asignación?
La asignación, se trata de indicarle a una persona o
grupo de personas lo que deberían crear, o innovar.
Mientras que delegar, se refiere a darle poder y
responsabilidad a otros, para que cumpla un objetivo que es tuyo, y por el que
solo tú deberás dar la cara.
¿Cómo delegar de
mejor manera?
Para que puedas confiar sin dudar, aplica los
siguientes consejos:
1.- Escoge a la persona mejor cualificada para el
puesto, recordando que, si éstas están iniciando en un cargo, no tienen la
experiencia necesaria para desempeñar de manera óptima las asignaciones por lo que,
si tú no estás en capacidad de poder instruirles de manera apropiada, sería
injusto que le exigieras de más.
2.- Puedes comenzar con tareas simples para tantear
que aptitudes poseen tus empleados hasta conseguir establecer cuáles son más
aptos para cumplir con las tareas más complejas.
3.- Una buena pregunta a efectuarse antes de delegar
tus responsabilidades es: ¿Cómo le ayudará a la otra persona a desarrollarse si
efectúa esta labor? Si no encuentras respuestas contundentes, ¡mejor no le
asignes la tarea!
4.- Hay que ser claros cuando explicamos a otros las
funciones que quieres que cumplan por ti, y ser específico al preguntarle qué
cosas son capaces de hacer.
En resumen, delegar es una acción de sabios y
emprendedores, y aunque genera miedo, hay que verle todos los beneficios y
darse cuenta de que uno solo no puede con todo, es necesario un aliado cuando
las tareas te sobrepasan.