Más allá de ser parte de la naturaleza humana, la flojera o
el abandono de actividades que nos han sido asignadas, puede desencadenar
problemas graves en nuestra vida.
Si eres de los que requiere una búsqueda constante de
recompensas, para así proseguir en el camino a conseguir una meta, o de lo
contrario te desmotivas y renuncias, ¡entonces este artículo es para ti!
Aquí te presentamos una breve
guía en la que enmarcamos las razones por las que deberías empezar a superarte
de ahora en adelante:
- Enfrenta tus miedos
En
buena medida, procrastinar es un acto intrínseco del ser humano, para evadir la
decepción de un posible fracaso.
Más
allá de lo que se piense, estudios han demostrado que las personas que inician
con una o múltiples actividades, y luego no alcanzan concluirlas, sufren de
“evitación”. Es decir, si se logran convencer a sí mismas que no son capaces de
concluir una obligación, estarán impidiendo que los ataque cualquier
sentimiento abrumador y estresante, así como la vergüenza de posibles
señalamientos de terceros.
Por lo que postergar se convierte en un medio de escape para no enfrentar la vida. Si empiezas a confrontar tus miedos y dudas, así mismo conseguirás reconocer que tu voluntad es lo que te hace avanzar al éxito, o desistir y abandonarte al fracaso. En cualquiera de los casos: “¡Todo está en la mente!”
Por lo que postergar se convierte en un medio de escape para no enfrentar la vida. Si empiezas a confrontar tus miedos y dudas, así mismo conseguirás reconocer que tu voluntad es lo que te hace avanzar al éxito, o desistir y abandonarte al fracaso. En cualquiera de los casos: “¡Todo está en la mente!”
- Aclara tus objetivos
Hay
quienes suelen asumir labores para las que no están preparados. Si aprendes a
aclarar tus objetivos, podrás discriminar entre aquellos que son realmente
alcanzables, y los que escapan a tus conocimientos y capacidades físicas.
Establezcamos
algo: puedes tener toda la disposición para construir una casa, pero si no
sabes realizar la mezcla adecuada de cemento, ni tienes fuerza física para
cargar estructuras pesadas, ¿cómo esperas concluir una obra de esta envergadura?
De
ahora en adelante, antes de asumir cualquier compromiso, tómate el tiempo
suficiente para contestar estas preguntas: ¿Poseo la capacidad para dicha tarea?,
¿qué pasos debo tomar de ahora en adelante para llegar a la meta señalada?,
¿seré capaz de pedir ayuda si la requiero?
Solo
si puedes encontrar las respuestas adecuadas continúa. De lo contrario,
¡piénsalo mejor! para no quedar como un irresponsable.
- Haz las tareas difíciles
Nada
mejor para motivarse, que cambiar la óptica sobre una situación. ¿Qué te parece
si en lugar de hacer aquello que te gusta, empiezas por lo difícil? Seguro
estás diciendo: ¡No por favor! Pero piénsalo por un momento. Puedes usar cada
labor difícil como un motor para alcanzar lo que realmente te satisface hacer. Así
en poco tiempo estarás concluyendo cada faena, sin postergar por falta de
voluntad.
- Elabora una lista de cosas por hacer
Es
posible que tu problema de abandonar tareas se deba a la poca organización de
tu agenda diaria. A
partir de ahora, empieza a elaborar listas de aquello que esperas efectuar en
tu día a día. Escribir es psicológicamente necesario para reconocer la
prioridad de casa cosa, y determinar cómo llevarlas a cabo de la mejor forma.
Puedes
sentir más motivación de la que posees, si piensas que cada vez que logres
eliminar de tu lista una actividad por haberla concluido, te acercas a la
recompensa (esta puede ser tu paga, la admiración de otros, más productividad
de tu parte, o simplemente el final de tu jornada laboral).
- Toma breves descansos
A
nivel empresarial se ha establecido que cada hora a trabajar debe ser de apenas
45 minutos. El
cerebro humano, fue diseñado para agobiarse si se expone a la misma acción por
un tiempo demasiado prolongado. Así
que, si deseas dejar de lado la postergación, es mejor que empieces a descansar
al menos entre 5 y 15 minutos entre actividades que ameritan concentración o
esfuerzo físico.
Tan
solo levantarse, estirarse, y beber un buen café sin pensar en lo que hacías
previamente, le da al cerebro la oportunidad de relajarse y liberar el estrés
que pudiera estar generándose y que te tenía a punto de desistir de tus
funciones. Inténtalo, ¡sí funciona!
Como
pudiste leer en este artículo, basta con organizarse mejor, y cambiar la concepción
sobre nosotros mismos, para empezar a conseguir los resultados esperados,
modificando la visión errada que otros pueden tener de ti.
En
tus manos está la capacidad de erradicar la postergación innecesaria de cada
una de tus asignaciones.
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