Ante la idea de
una noche de pasión con la pareja, desfilan por nuestras mentes innumerables
ideas. Pero al llegar el momento tan anhelado, tu pareja no está en la mejor
“sintonía” para el encuentro. ¡Todo se viene abajo! La libido, confianza y
nivel de comprensión.
Ante esta
situación ¿qué debemos hacer? Continúa leyendo y obtén las respuestas:
El tiempo de la relación
Si estamos en
una relación incipiente, la pasión es la clave y si a partir de este momento
notamos insatisfacción, es una alarma que advierte dificultades para establecerse
de manera más estable.
Si con el tiempo
notamos que la frecuencia, disponibilidad, creatividad y la predisposición de
la pareja varía, es momento de evaluar el panorama involucrando otros elementos
como el afectivo y vivencial, que pueden arrojar más datos en torno al
problema.
Autoconocimiento y compartir
Sin lugar a
dudas, la sexualidad es una vivencia determinante en la armonización de la pareja.
El
autoconocimiento de lo que nos genera placer y la confianza para comunicárselo
al otro permite que juntos construyan la dinámica del encuentro sexual.
Si no sabemos
qué compartir, ni mucho menos cómo abrirnos a recibir, caminaremos a ciegas directo
a un posible mundo de insatisfacción. Por ende, abordar estos temas con la
pareja es de vital importancia.
La naturaleza de la relación
Dependiendo de
nuestra comprensión sobre la relación (amistad, amistad con derecho, noviazgo,
relación de amantes, matrimonio, entre otros), podemos comprender el compromiso
de compartir en el campo de la sexualidad de una manera o de otra.
La experiencia
sexual en pareja siempre involucrará sentimientos (profundos o no). Por ello, si
en el encuentro hay elementos que no fluyen es necesario discutirlos. En caso
contrario perderemos una importante oportunidad para evolucionar.
Las dudas que se
comparten en la relación son la clave para progresar.
La vocación excesiva a la comprensión o al
individualismo
¡La vida
consiste en la búsqueda del equilibrio! Y en una relación esto lo es todo.
Dada nuestra
complejidad nos unimos a otro ser con sus propios conocimientos, manías y
concepciones sobre lo bueno o malo. Esta visión plantea muchos elementos a
considerar, por ello una actitud comprensiva, debe equilibrarse con el respeto
de nuestra identidad.
Caer en los
extremos supone una negación de quien soy (excesiva comprensión), o en el
extremo contrario, la supremacía de mis necesidades y su satisfacción (individualismo
egocéntrico).
Lo ideal es
conseguir un punto medio entre la egolatría y la entrega total a complacer al
otro.
Satisfacerse con un tercero o resignarse a encuentros
de poca calidad.
El volcán de
sentimientos que afloran en una relación nos permite reparar en situaciones que
nunca habíamos pensado llevar a cabo. Por eso, es importante tomar conciencia
de esos sentimientos.
Si ante una
irregularidad en la convivencia sexual optamos por estar con otra persona, nos
indica que no hay sentimientos profundos hacia la pareja o son tan endebles
como nuestro orgullo masculino/femenino lo establezca.
Si, por el
contrario, decidimos callar la insatisfacción y continuar, contribuimos a la
infelicidad de ambos.
En cada
situación, la sinceridad es la mejor opción.
En conclusión
Estas
orientaciones no suponen respuestas absolutas. Son tan solo orientaciones sobre
lo que ocurre en la mente de quién se encuentra insatisfecho con su vida
sexual.
Únicamente
depende de ti qué camino debes de andar. La sexualidad es concluyente para el
desarrollo de nuestro ser.
Procurar el
bienestar sexual es una responsabilidad que parte de nosotros mismos, pero
claro está, la pareja incidirá positiva o negativamente en el proceso de
disfrute a medida que ambos consigan acoplarse al otro.