¡La existencia y sus momentos! Vamos por ella sin saber si lo estamos
haciendo bien o mal, pero de todas maneras la disfrutamos.
La infancia es la aventura total, pues en esta etapa descubrimos todo lo
que nos rodea. Luego la adolescencia es crucial porque genera toda una serie de
trasformaciones físicas y psicológicas importantes. Le sigue la adultez, con
sus responsabilidades y grandes decisiones, y luego llega la vejez…
¿Cómo será la tercera edad? Es una pregunta tan amplia que hoy por hoy
dar una respuesta es verdaderamente complicado.
Acompáñanos a conocer los eventos que pueden darse en un adulto mayor
que afronta una situación puntual: la jubilación.
Siempre procurando ser útil y productivo para que un día te digan: ¡Sus
labores en esta empresa han cesado!, ¡usted está jubilado! Muchas cosas pasan
por la cabeza, desde sentirse improductivo, hasta pensar en la tan inquietante
muerte.
Pero mejor ¡respira profundo!, ¡no es el final! Es una nueva fase que
requiere sabiduría para afrontarla y vivirla plenamente.
Liberación o esclavitud de la autorrealización
La jubilación se puede percibir como un hecho positivo o negativo, según
el cristal con el que se le vea.
El cese del trabajo puede reducir el estrés, baja los niveles de
responsabilidad, reduce la exposición de peligros propios del ambiente laboral
y supone tiempo libre para actividades, personas y relaciones gratas.
Para otras personas en cambio es una verdadera tortura, pues la asumen
como la ruptura de vínculos con los compañeros de trabajo, alejarse de los
lugares donde durante años se ha estado, dejar de hacer una labor asumida por
años como verdaderamente importante y no saber en qué invertir este nuevo
tiempo libre. Sin duda, la situación hace mella en la autoestima: “no sirvo para
nada”, “soy un estorbo”, “voy a morir”.
Tiempo libre: posibilidad de crear una vida
renovada
El hecho de estar jubilado no significa perder la capacidad de seguir
siendo productivo, solo que ahora podrás enfocarte en otras labores y
desarrollar nuevas acciones que te produzcan placer. Como por ejemplo aprender
eso que siempre nos gustó (jardinería, panadería, costura, entre otros). Llevar
a cabo estas labores junto a gente agradable, será enriquecedor para tu
bienestar.
Razones para alegrarse en la jubilación
Generalmente, con la tercera edad pueden llegar algunas condiciones de
salud relacionadas con el sistema nervioso, como son la demencia senil y el
Alzheimer.
Dependiendo de la calidad de vida que vayamos forjando, al llegar a la
jubilación podemos evitar que estas alteraciones se desarrollen. Por esta
razón, es tan importante mantener nuestra mente en armonía. Eso solo lo
logramos desarrollando acciones para el disfrute y la sana convivencia con los
demás.
En conclusión
¡Ningún período de la existencia es fácil! Y tomar conciencia y voluntad
para afrontar las circunstancias desde el amor propio, respeto y satisfacción
por el trabajo realizado, sobre todo partiendo del deseo de vivir plenamente,
nos ayudará a comprender que todo ha valido la pena.
Jubilarnos no es sinónimo de muerte, al contrario, es el reto de iniciar
una nueva manera de vivir. ¡Aprovecha el momento!