HAN INCREMENTO LAS APUESTAS ENTRE LOS JÓVENES VASCOS

¿Alguna vez te has sentido tentado a realizar alguna apuesta? En realidad, todos en algún punto de nuestras vidas hemos realizado alguna, aunque sea una muy pequeña. Y, de forma general, no trae consecuencias, siempre que no se convierta en un comportamiento habitual y constante.

Las apuestas y los juegos de azar siempre han existido, no son algo nuevo. Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha creído en el azar y ha puesto en sus manos su destino. Sin embargo, ya entrado el siglo XX, los especialistas comenzaron a sonar las alarmas acerca del auge que estas prácticas estaban teniendo.





Las apuestas y juegos de azar tienen la particularidad de que son actividades que se pueden convertir en una adicción. Esto se debe, en parte a la gran carga de emociones extremas que conllevan, potenciado esto por la descarga de adrenalina que experimenta un individuo cuando se encuentra participando en algún juego o apuesta. La sola posibilidad de obtener grandes cantidades de dinero de una manera tan fácil, es un estímulo suficiente para quienes participan en este tipo de actividades. Recordemos: cuanto más fácil se obtiene algo, más fácil es acostumbrarse a ello.

Como es de esperar, los juegos de azar y las apuestas se han convertido en un problema de salud pública en las sociedades más desarrolladas, ya que han pasado de ser algo ocasional a transformarse en una conducta habitual que supone la inversión y pérdida de grandes sumas de dinero.

Lamentablemente, no hay ningún lugar sobre el planeta que esté exento de este problema. Recientemente, las autoridades del País Vasco han dado a conocer los resultados de una investigación que se realizó acerca de las adicciones en su población. Por supuesto, los primeros lugares estuvieron ocupados por las adicciones de rigor: sustancias ilícitas y alcohol. Sin embargo, llama poderosamente la atención que los juegos de azar y las apuestas han escalado puestos y también se encuentran entre las primeras adicciones de los habitantes de esa región.

En los últimos años se ha visto un incremento sostenido de las apuestas en la población vasca, en especial entre los jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años. Si, este dato es alarmante, ya que eso explica que los jóvenes están comenzando a experimentar con las apuestas desde edades muy tempranas. La población joven es la más propensa a caer en ese vicio porque la perspectiva de ganar grandes cantidades de dinero en corto tiempo y con el mínimo esfuerzo es muy seductora, además de la emoción que sienten al apostar.




Los jóvenes sienten predilección por las apuestas deportivas, Por ejemplo, en algún juego de fútbol escogen al equipo que ellos consideran que va a ganar y apuestan dinero por su equipo favorito. Por supuesto, cuando ganan, sienten una reafirmación de esa conducta ya que están recibiendo un dinero que ellos ven como una recompensa.

Cada vez son más los establecimientos en los que los jóvenes pueden acudir a realizar apuestas y se ha visto con alarmante preocupación que muchos de ellos se encuentran muy cerca de centros educativos. Allí los jóvenes son persuadidos con grandes posters en los que figuras reconocidas del deporte mundial les invitan a apostar.

Las autoridades vascas advierten acerca de los peligros del reciente incremento de esta tendencia entre los jóvenes e intentan educar a la población acerca de sus consecuencias. En primer lugar, ninguna conducta adictiva es saludable, ya que genera en quien la tiene una dependencia total del objeto de su adicción, en este caso, las apuestas. Así mismo, trae consecuencias devastadoras a la economía personal, ya que las personas invierten todo su dinero con la esperanza de obtener grandes ganancias y cuando éste se acaba, solicitan préstamos, endeudándose de una manera desmesurada.

Es importante establecer campañas en las que se eduque a la juventud acerca de los peligros de las apuestas. Hay que mostrarles que, a pesar de lo atractivas que se ven, no constituyen una manera lícita de obtener beneficios económicos y que a la larga se pueden convertir en una adicción, generando daños que en ocasiones pueden ser irreparables.

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