Estás en el supermercado y ves a una
madre con su adorable pequeño. Este insiste en que le compren algo y la madre
le responde cariñosamente que no. Inmediatamente el niño se altera y comienza a
tener un berrinche insoportable y a exigir (Si, como lo lees: exigir) que
aquello que ha pedido le sea dado, sin importar que todos cuantos están a su alrededor
le miren estupefactos. ¿Te suena familiar esta historia? O peor aún, ¿has
protagonizado algún episodio similar con tus hijos? Si es así, es importante
que leas la información que te vamos a dar a continuación.
Lamentablemente, esta es una conducta
que ha ido en aumento en los últimos años, debido en gran medida a las nuevas
tendencias que han surgido en lo que se refiere a las diferentes formas de educar
a nuestros niños.
Sí, las épocas han cambiado y no es lo
mismo criar a un niño ahora que hace unos 10 o 15 años. Eso lo sabemos. Sin
embargo, es importante reconocer que hay parámetros disciplinarios que deben
mantenerse, pues de lo contrario podríamos encontrarnos frente a lo que los
especialistas denominamos: “Niños Emperadores”.
El Síndrome del Niño Emperador surge
cuando los papeles en la crianza de los hijos se desvirtúan, el padre deja de
ser la figura guía del niño y se convierte en un ser inferior que existe solo
para complacer las necesidades y deseos del pequeño. En este sentido, el niño
deja su rol de hijo y se convierte en todo un tirano, exigiendo, ordenando y
demandando que aquello cuanto desea le sea otorgado de manera inmediata.
¿Cómo
se forma un niño emperador?
Seguro te estás preguntando ¿Cómo ocurre
esto? Pues bien, en la actualidad, la vida es totalmente diferente, los padres
se encuentran tan ajetreados con su quehacer laboral y otras actividades, que
tienen muy poco tiempo para dedicarle a sus hijos. Es por esto que tienden a darles
todo cuanto piden, como manera de subsanar la ausencia de ellos en sus vidas. En
este sentido, se les está dando la falsa idea de que se merecen todo sin ningún
esfuerzo.
Así mismo, en ocasiones los padres
fracasan a la hora de establecer los límites y normas que deben cumplirse en el
hogar. Esto trae como consecuencia que los niños crezcan sin un adecuado
balance de orden y disciplina, por lo que se les crea la falsa percepción de
que pueden hacer lo que quieran y esto no traerá ninguna consecuencia.
Los especialistas han notado con suma
preocupación que este problema se ha incrementado de manera exponencial
últimamente, por lo que continuamente están alertando acerca de los peligros de
criar a nuestros hijos de esta manera.
Las consecuencias de criar niños
emperadores no se ven a corto plazo, sino a futuro. Es ahí cuando aparecen los
jóvenes adultos que no tienen ninguna noción de lo que es esforzarse por
alcanzar una meta, ya que creen que se les debe dar todo sin un mínimo de
esfuerzo y trabajo. Estos individuos constantemente tienen problemas
interpersonales con los demás, ya que creen que el resto del mundo existe solo
para servirles.
¿Cómo
evitar criar niños emperadores?
Ahora que hemos identificado el
problema, es importante comenzar a buscarle solución. A continuación, te damos
algunos tips que, no solo te ayudarán a evitar que tu hijo se convierta en un
niño emperador, sino que te permitirán criarlo de manera tal que le estarás
proporcionando las herramientas para convertirse en un adulto responsable,
empático, provechoso y de valor para la sociedad:
No:
la palabra mágica
Sí, es cierto que a nadie le gusta
escuchar esta palabra. Sin embargo, es de vital importancia que nuestros hijos
la conozcan y se familiaricen con ella. Hay ocasiones en las que simplemente no
podemos complacerlos y es importante que ellos comprendan que no todas las
veces obtendrán lo que desean. Es importante que entiendan que para alcanzar
algo deben esforzarse y poner de su parte.
Cuando se les niega algo, hay que
explicarles las razones de tal decisión, para que ellos entiendan a su vez, que
detrás de cada acción hay un por qué.
Los
límites son necesarios
Uno de los aspectos más importantes en
la crianza de nuestros niños son los límites. Hay que establecer normas claras
y precisas que ellos deben cumplir. Algunas de estas deben ser fundamentales e
inmodificables, como por ejemplo no pegar a nadie o no insultar. Otras podrían
ser negociadas, dependiendo del contexto.
Fomenta
la empatía
Es de vital importancia que nuestros
hijos entiendan que todas y cada una de nuestras acciones tienen consecuencias
y efectos en los demás. Es por esto que debemos estimular en ellos la empatía
como la forma de ponerse en el lugar del otro y de esa manera comprenderlo. Esto
genera en ellos una conciencia real de su lugar en el mundo.
Estar
presente
Este es un punto fundamental. A pesar de
lo mucho que trabajas o de lo ocupado que estás, es indispensable que estés
presente y participes de manera activa en la crianza de tus hijos. Conversa con
ellos, comparte actividades a su lado y escúchalos cuando tengan algo que
decir. Hazles sentir que son parte importante de tu vida y edúcales con tu buen
ejemplo. Recuerda: los niños imitan lo que ven en casa.
Si sigues estas sencillas
recomendaciones, estamos seguros de que estarás criando niños educados, sencillos,
seguros de sí mismos y capaces de afrontar cualquier reto que la vida les
plantee y en especial, niños felices.
No temas involucrarte activamente en la
crianza de tus hijos. Anímate a romper con el estereotipo de que todos los
niños de esta época son en alguna medida emperadores. Cría a tus hijos para la
vida.