Hay quienes dicen que los amigos son la
sal de la vida. Y esa es una verdad innegable. Podemos considerar a los
verdaderos amigos como los hermanos que hemos escogido para que nos acompañen
en la vida.
Los amigos son aquellas personas que
están a nuestro lado, acompañándonos en los mejores momentos de nuestras vidas
y también en los peores. Son quienes nos dan su apoyo cuando más los
necesitamos y quienes nos hacen ver realmente cuando hemos cometido algún error
y nos hemos equivocado.
A lo largo de nuestra vida vamos
conociendo a infinidad de personas y muchas de ellas pasan a engrosar nuestra
lista de amigos. Sin embargo, ningún amigo es tan importante y significativo
como aquel que hacemos durante nuestros años de infancia.
La niñez es una etapa de la vida en la
que comenzamos a descubrir el mundo, es un periodo lleno de aprendizajes y
enseñanzas. Durante la infancia vivimos los momentos más bonitos de nuestra
vida y muchas veces, en esos momentos hemos estado acompañados de esos amigos
inseparables que tanta alegría nos dan.
¿Por qué son tan importantes los lazos de amistad
creados en la niñez?
Experimentar las diferentes emociones
que implica la amistad durante la niñez es de vital importancia para el
desarrollo adecuado y saludable de cualquier individuo. Esto es así porque le
permite al niño aprender una serie de valores que, al ponerlos en práctica
durante las siguientes etapas de su vida, le garantizan la estabilidad
emocional.
Entre los valores que un niño aprende
gracias a la amistad están la solidaridad, el respeto, la empatía, la
generosidad y la honestidad. Con nuestros primeros amigos, en la infancia, aprendemos
a escuchar y respetar las opiniones de otros, a compartir, ya sea un dulce o un
juguete y sobre todo a comprender cómo pueden sentirse los demás en diferentes
situaciones. Así mismo, aprendemos a ser honestos, pues, nuestros amigos son
fieles depositarios de nuestros más íntimos secretos.
Igualmente, los amigos de la infancia permiten
el desarrollo de habilidades para resolver conflictos y en especial se aprende
a perdonar. Si, como niños al fin, es común que existan las rencillas entre
amigos, pero estas tienden a solucionarse, casi siempre, de forma
satisfactoria. De manera tal que aquí los niños también aprenden a resolver
esos inconvenientes.
Otro de los aspectos más importantes que
involucra la amistad en la infancia tiene que ver con que el niño adquiere las
primeras nociones de igualdad. Al tener amigos, es inevitable que el niño
establezca ciertas comparaciones y comience a internalizar la idea de que, a pesar
de las pequeñas diferencias, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos.
Aprender esto durante la infancia es garantía de un adulto consciente y feliz.
¿Qué edad es la más adecuada para hacer amigos?
Quizás como padre te estés planteando
esta pregunta. Con respecto a esto, los especialistas no han logrado ponerse de
acuerdo.
Se ha establecido que durante los
primeros años (hasta los 5 años), los niños aún no han adquirido las nociones
de lo que significa la amistad. En estos años, más que amigos, pueden llamarse
compañeros de juegos, ya que esa es la forma de relacionarse entre ellos. En
esta etapa comienzan a interactuar con otros niños y a socializar.
Son muchos los expertos que plantean que
es durante la etapa que va desde los 6 años hasta los 12 años cuando se forjan
los verdaderos lazos de amistad. Estos se fundamentan en los gustos en común,
el apoyo mutuo, la lealtad y la confidencialidad. Es muy común que, a estas
edades, los amigos sean del mismo sexo, aunque también es posible que esto
cambie.
Los amigos de la infancia son muy
importantes. En primer lugar, nos recuerdan una de las etapas más felices de
nuestras vidas. Y en segundo lugar y muy importante, constituyen nuestra
primera incursión en la socialización.
Es por esto que debemos fomentar en
nuestros hijos el contacto con niños de su edad, dándoles el privilegio de establecer
lazos de hermandad duraderos para toda su vida.