MITOMANÍA: MENTIROSOS COMPULSIVOS

¿Has escuchado hablar alguna vez de la mitomanía? Estoy segura que te sorprenderá si te digo que es uno de los trastornos psicológicos más comunes y de los que acarrean mayor cantidad de problemas en lo que respecta a las relaciones interpersonales.

En este artículo vamos a realizar un recorrido por los aspectos más resaltantes de la mitomanía.

En primer lugar, lo primero que debemos hacer, es definirla. Esta se define como la tendencia patológica a inventar historias acerca de su vida o de diferentes eventos. Fue descrita en el año 1900 y desde entonces se ha convertido en objeto de estudio de numerosos especialistas fascinados por este trastorno.




¿Por qué mienten las personas? 

A pesar de que es cierto que todos hemos dicho una mentira alguna vez en la vida, también es cierto que las personas que son mitómanas convierten a las mentiras en su forma de vida. Son capaces de mentir hasta en los asuntos más triviales. Ahora bien, existen una amplia variedad de razones por las cuales las personas tienden a mentir. La principal es una baja autoestima. Sí, las personas con baja autoestima se encuentran en una búsqueda constante de la aceptación y aprobación por parte de los demás. En este sentido, creen que a través de las mentiras fantasiosas y de la creación de historias serán aceptados con mayor facilidad por sus semejantes.

Así mismo, las personas que mienten compulsivamente tienen una necesidad patológica de ser admirados y valorados. Es por esto que se inventan historias en las que siempre salen fortalecidos o son los protagonistas. Lo hacen solo para satisfacer esa necesidad de ser admirados por los demás.

Igualmente, la mitomanía puede surgir como una forma de evadir la realidad y escapar de esta cuando es particularmente difícil. Esto se da principalmente en la infancia y los niños crecen con esta costumbre, la cual se convierte posteriormente en un hábito para ellos.

Finalmente, algunos especialistas plantean que la mitomanía forma parte de algún trastorno subyacente como por ejemplo la personalidad narcisista, síndrome de Munchausen por poderes o bien personalidad histriónica, entre otros.

Sin importar cuál sea la causa, lo cierto es que la mitomanía es un problema psicológico grave que debe ser atendido rápidamente con ayuda de un especialista. 




¿Cómo reconocer a un mitómano?

Seguramente esta es una pregunta que te estás planteando en este momento. Para las personas comunes, es difícil reconocer cuándo una persona miente por compulsión. Sin embargo, vamos a describir algunas señales que pueden darte un indicio de que estás tratando con un mitómano.

Es muy común que los mitómanos relaten la misma historia varias veces, aunque agregándole cosas nuevas cada vez. Así mismo, también suelen adueñarse de las historias de otras personas y las cuentan como si fueran propias. Además de esto, son personas fantasiosas que incluso pueden llegar a vivir desfasados de la realidad, en una constante fantasía que ellos mismos crean e incluso llegan a creer que es cierta.

Como puedes ver, para identificar a un mitómano, solo basta con prestar un poco de atención en el comportamiento y forma de hablar de las personas con quienes nos relacionamos.

¿Se puede superar la mitomanía?

Tal como ocurre con la gran mayoría de los trastornos psicológicos, sí es posible superar la mitomanía. Sin embargo, es extremadamente difícil, ya que el primer paso para lograrlo es que el mitómano reconozca que tiene un problema. Esto es muy difícil, pues los mitómanos se caracterizan por negar completamente su realidad y no aceptar que tienen un problema.

La ayuda especializada es fundamental para superar este trastorno, pues la principal vía para lograrlo es a través de la terapia de tipo cognitivo-conductual. Es importante modificar la percepción de la realidad por parte del paciente y esto solo se logra con ayuda de un profesional. En ocasiones, la terapia farmacológica también ayuda, pero esto depende de la gravedad del trastorno.

En conclusión, la mitomanía es un trastorno psicológico difícil de identificar y más aún, de vencer. Sin embargo, es posible superarla, con la ayuda correcta y muy especialmente con la determinación y disposición de quien la padece.