LA IMPORTANCIA DE LOS HERMANOS

Algunos hermanos no necesitan palabras para saber lo que el otro piensa y siente, otros por el contrario, discuten por cada pequeña cosa. Las relaciones entre los hermanos son muy diferentes, y sin embargo, siempre son algo muy especial.

El vínculo entre hermanos suele ser muy intenso y cercano. Por supuesto, la coexistencia entre ellos, no siempre es armoniosa y simple, pero en la mayoría de los casos son un gran equipo. Esta suele ser una figura de confianza a quien pueden recurrir en cualquier momento. Además, las luchas por el pequeño poder, capacitan a sus hijos para la posterior vida independiente. Sin duda el amor entre hermanos es infinitamente valioso.




Enseñar a los hermanos a resolver conflictos

Al tratar con sus hermanos, su hijo aprende a lidiar con los conflictos y a superarlos. Aprende que tiene que luchas por sus interese, pero que también es importante rendirse y ceder. Además, los hermanos promueven la capacidad de empatizar, comprometerse y compartir con otros niños. Se promueve la percepción de cercanía y distancia, y se despierta una conciencia sana de la competitividad.

¿Por qué es importante que su hijo tenga un hermano?

Estas son algunas de las razones por las cuales puede ser beneficioso la figura de un hermano:

Es una relación duradera

La relación con los hermanos suele ser la más larga en la vida. A pesar de que, en ocasiones, se metan en tediosas peleas y broncas, lo habitual es que se mantengan la estima mutua. A medida que uno envejece, se da cuenta de lo valioso que es tener un ancla estable en la vida.

Aprenden mucho de ellos

Los hermanos les dan a los niños la primera oportunidad de aprender cómo funciona una "relación a largo plazo". Nos enseñan cómo manejar los conflictos y cómo hacer amigos. Las hermanas introducen a los hermanos en los misterios de las niñas y los hermanos enseñan a las hermanas a resolver con éxito el rompecabezas de  los "niño".

Recuerdan los momentos buenos

Incluso las disputas más grandes suelen causar poco daño entre hermanos, ya que los hermanos suelen olvidar eventos negativos más fácilmente que si fuera otra persona. Prevalecen todas las cosas buenas que han experimentado juntos y aprendido unos de otros.




Emergen fortalecidos de los malos tiempos

Los hermanos que han pasado por momentos difíciles juntos, a menudo, tienen la capacidad de fortalecerse y apoyarse mutuamente. Trabajan juntos a través del dolor, aprendiendo juntos las difíciles lecciones de la vida y creciendo juntos.

Florecen en diferencias

Las relaciones que tenemos con nuestros hermanos se basan en diferencias, no solo las que han sido visibles desde la infancia, sino especialmente las que creamos por primera vez como adultos. Incluso si dichas diferentes son incómodas, estas, hacen que podamos adaptarnos mejor a esa sociedad y a las personas que vamos a ir encontrándonos a lo largo de nuestra vida, que por supuesto van a ser diferentes a nosotros.

Se entienden intuitivamente

Sea por todo el tiempo que pasaron juntos o porque no se juzgan entre sí, la manera en la que los hermanos se comunican es única. A menudo piensan lo mismo sin hablar de ello.

Se apoyan

Los hermanos saben que pueden confiar plenamente el uno en el otro, especialmente, en la vejez.

Por supuesto, la coexistencia de los hijos no siempre es armoniosa y simple, pero en la mayoría de los casos son un gran equipo. Porque en su hermana o hermano, su hijo tiene un aliado y una persona de confianza a quien puede recurrir en cualquier momento.