HIPERSEXUALIDAD, ADICCIÓN SEXUAL. Ninfomanía y Satiriasis

Cuando el hombre o la mujer manifiestan deseos insaciables por experimentar el sexo, al punto de hacerlo con desconocidos, o recurrir a la prostitución, se está en presencia de un problema psicológico o trastorno de la personalidad llamado hipersexualidad.
Según sea el género del paciente se habla de ninfomanía en mujeres, o Satiriasis o andromanía si quien lo padece es hombre.
La hipersexualidad, es un problema tanto de índole psicológico como biológico, con raíces tanto en el sistema límbico como también en trastornos psicóticos y esquizofrénicos entre otros.
Ninfomanía: El término proviene del griego de la palabra Ninfa o diosa de las aguas y la naturaleza. Es el término que se les da a las mujeres con intenso deseo sexual. 
Satiriasis o Andromanía: Adicción al sexo por parte de los hombres.



Causas: 
-Posibles tumores cerebrales.
-Desequilibrio en la dopamina y serotonina.
-Medicamentos empleados para controlar la esclerosis múltiple y la demencia.
-Abuso sexual, en mujeres que fueron abusadas, es una forma de retomar el control sobre el sexo opuesto.
-Uso y abuso de drogas como anfetaminas y opiáceos.
-Problemas en la autoestima, donde se cree que la única forma de obtener afecto es a través de la satisfacción del deseo sexual.
-Problemas psicológicos como la esquizofrenia entre otros.

Consecuencias: 

-El paciente puede caer en la prostitución en su afán de satisfacer sus deseos.
-Enfermedades de contagio sexual, ya que no existe control sobre el impulso sexual, lo que lleva a experimentarlo con cualquier persona y, de cualquier forma.
-El adicto al sexo jamás está satisfecho consigo mismo.
-Aislamiento.
-Voyerismo.
-Conductas autodestructivas.
-Problemas sociales.
-Exhibicionismo.
-Consumo de pornografía, citas por internet y en persona, masturbación.
-Se convierte en una conducta autodestructiva.
-Aun cuando la práctica sexual de estas personas es constante, no implica que realmente disfruten del acto sexual, los hipersexuales utilizan el sexo para llenar vacíos emocionales, y tratar de saciar las conductas que su cuerpo les solicita. La hipersexualidad es un trastorno que domina el pensamiento, por lo que se convierte en pasatiempo.




Mitos sobre la hipersexualidad
-En el pasado se creía que quitándole los ovarios a las mujeres o practicando la ablación (extirpación del clítoris), se erradicaba la ninfomanía.
-También se recetaban baños de agua helada y mucho descanso.
-Hacia inicios del siglo XIX se creía que comer chocolate aumentaba el deseo sexual (debido a que el chocolate es un afrodisíaco), al igual que tener pensamientos impuros.
¿Qué hacer?
Si descubres que el sexo no te satisface y cada vez deseas más y más, al punto de perder el control sobre tus acciones, debes recurrir a un psicólogo quien te ayudará a controlar tu conducta. En Mi Psicólogo Getxollevamos a cabo tratamientos para problemas de carácter sexual.
Ten en cuenta que la hipersexualidad es poco conocida, por lo que usualmente se trata en consulta la falta de deseo sexual o pérdida del mismo.
Sólo un porcentaje pequeño de mujeres padecen ninfomanía e igualmente son pocos los casos de hombres con satiriasis.
Ambas conductas se superan por completo al descubrir las cusas que la originaron, lo que te permitirá volver a disfrutar de una sana experiencia sexual sin depender de la misma.

¿QUÉ NOS ATRAE DE LOS HOMBRES MALOS?

Fumadores, bebedores, tatuados, drogadictos, narcisistas, posesivos, mujeriegos, hombres que hieren física y moralmente, y los hay también con problemas mentales con toda variedad de esquemas que van desde esquizofrénicos, sádicos, violadores, asesinos, masoquistas, bipolares y dependientes emocionales.
Una multitud de “adorables virtudes” que al leerlas cualquier mujer coherente saldría corriendo. Sin embargo, son justamente estas clases de hombres los que tiene un imán para atraer mujeres, muchas mujeres.




Pero… ¿quién manipula a quién?
Se podría pensar que los hombres con las características mencionadas tienen cierta habilidad para controlar a las mujeres, de hecho, en los casos de los psicópatas, sí, en efecto poseen la capacidad de observar y analizar a las mujeres con debilidades emocionales hasta tal punto que logran envolverlas con promesas y detalles hasta poder obtener de ellas su plena confianza y así lograr sus objetivos crueles.
Pero, esto solamente sucede con los casos de hombres con afectaciones mentales, los otros “chicos malos” los estudiaremos más adelante.
¿Hasta qué punto son las mujeres las que buscan, manipulan, y hasta acosan a los hombres malos (hombres que nos les convienen) para sentirse útiles?
Algunas mujeres también poseen un imán para cautivar, y ofrecer ayuda a hombres inestables económicamente, emocionalmente y hasta físicamente impedidos de alguna función, las debilidades del hombre, las hace creer que ellas son útiles y que, si se entregan a ellos, nunca las abandonarán, para luego descubrir que ocurre todo lo contrario.
El otro tipo de chicos malos; es el que viene de estándares establecidos socialmente, producto de la crianza machista, y de los estereotipos impuestos en medios de comunicación y sociedades conservadoras.
Se refiere a ese tipo de hombres físicamente atractivos, por lo general ególatras, o que visten de cierta manera y que siempre levantan pasiones a su alrededor.
Vienen a ser todo lo que las mujeres anhelan porque proporcionan fuertes emociones, se arriesgan a hacer cosas que otros hombres no hacen, por lo general practican deportes, andan en moto, y en las culturas latinas (son machistas o viciosos).




¿Qué les atrae a las mujeres de ellos?
En pocas palabras ¡que rompen con los estándares de lo aceptado! hacen sentir viva a su pareja, y en la cama son innovadores, además cuando se les tiene de amigos (únicamente de amigos) son excelentes consejeros, porque alertan a sus amigas sobre conductas de hombres hasta “peores que ellos”.
No olvidemos que son posesivos, y que, así como nos divertimos con ellos porque siempre están innovando, ellos también suelen cambiar de pareja al poco tiempo porque en su naturaleza está el mantener el aire de seductor que les vale su fama de “chicos malos”.
Los chicos malos, serán buenos o malos según la mujer así lo permita. Si estás consiente de estar con uno por diversión entonces te divertirás, pero si estás con uno de ellos por su físico o por sentirte protegida esperando fidelidad y amor, entonces es mejor que huyas de ellos antes de salir seriamente lastimada.
En caso de las mujeres que repiten conductas de salir con los “tipos malos” del tipo que llega a tentar contra la pareja (psicópatas, drogadictos, etc.) entonces deberá acudir a buscar apoyo psicológico, porque se trata de una hibristofilia o atracción por hombres violentos.

SÍNDROME DE BATERÍA BAJA

¿Te preocupas cuándo olvidas el cargador de tu móvil y tienes sudores fríos si tu teléfono marca batería baja?, ¿al llegar a un lugar ubicas rápidamente el enchufe, te aseguras de cargar una y otra vez la batería, llevas siempre contigo un cargador portátil? Si te identificaste con alguna de las anteriores, entonces estas sufriendo del síndrome de la batería baja, una nueva modalidad de estrés tecnológico que afecta a usuarios de telefonía móvil sin importar la edad.


Y es que una famosa empresa de telefonía móvil en los Estados Unidos, efectuó una entrevista a más de 2000 personas, constatando que nueve de cada diez personas padecen ansiedad al darse cuenta de que su móvil llega a 20% de batería y peor aún, cuando el mismo se apaga.
Y es que el móvil se ha convertido en un instrumento esencial para la vida diaria, al punto de que entre otros datos que arrojó el estudio indica que muchas personas preferirían no salir de sus casas o dejar de lado tareas importantes para ellos si su móvil necesita cargar la batería, y muchos otros aseguraron entrar en pánico y enviar mensajes a sus contactos para indicarles que si no responden a tiempo se debe a que están sin batería.
¿Amenaza real o ficticia?
Quienes padecen este síndrome indican que sin el móvil están desprotegidos. La sensación de angustia deriva en no lograr comunicarse a tiempo con los amigos, o informar a la familia a cerca de las actividades y lugares en los que se encuentra la persona.
En los más jóvenes la ansiedad gira en torno a no poder publicar al instante selfies y estados, o no poder comunicarse con la pareja. Otros aseguran entrar en total estrés si están atendiendo una llamada y esta se interrumpe sin que de tiempo de informar de que el móvil tiene poca batería.


Para aquellos cuyos trabajos les exigen constante comunicación y dependencia de internet, el quedarse sin batería les hace sentir que ponen en riesgo sus empleos o que tendrán problemas con el jefe.
Lo cierto es que aun cuando no se considera a este síndrome como una amenaza psicológica digna de ser estudiada, es una condición que se expande como si fuera un virus, y se relaciona con la Nomofobia (tener el teléfono en la mano), o la adicción a las redes sociales, o a los juegos móviles.
Ante todo, se debe recordar que el mundo no se detiene por no atender una llamada a tiempo.
Hoy en día la mayoría de centros comerciales y en general los lugares públicos, han comprendido la ansiedad de sus clientes y por ello han habilitado múltiples fuentes eléctricas para que sus usuarios puedan mantener la calma y evitar el nefasto mensaje de ¡Batería baja!

FILOFOBIA, EL MIEDO A SENTIR AMOR

La filofobia es el temor intenso a una relación romántica. Quizás sea la causa más común en la mayoría de casos de rupturas entre parejas que acaban de empezar una relación.
Las estadísticas indican que cerca de 250 mil personas en Estados Unidos sufren esta fobia.
Para entender de qué se trata la filofobia, basta con escuchar las causas más comunes que alegan las personas para no enamorarse; por ejemplo: es mejor estar solo, me enamoro siempre de quien no me quiere, todos mis amores son inalcanzables, mejor no sentir nada para que no duela, etc.



La filofobia ha sido catalogada como un trastorno de ansiedad. Por lo que su cura depende de terapia psicológica según sea la intensidad en cuanto al alcance y dimensiones que tenga hacia las relaciones sociales del individuo. En algunos casos se cura progresivamente al comprender que existen personas fieles y transparentes cuando se encuentran en una relación de pareja.
Causas
- Desilusiones amorosas que generan miedo al compromiso ante nuevas parejas.
- Relaciones de codependencia con alguna persona
- Crecer en culturas o familias con religiones muy arraigadas donde se juzga y condena el amor y el sexo.
- Haber presenciado o sufrido experiencias traumáticas como divorcios, violencia doméstica, crímenes pasionales o violaciones.

Síntomas

- En los casos más graves, ataques de pánico, mareos, desmayos, ganas de salir corriendo de un lugar
- Incapacidad para tolerar ver películas románticas, personas besándose, o mostrando cualquier   demostración de afecto.
- Pueden ser extremadamente posesivos al punto de llegar a sofocar y ahuyentar a sus seres queridos, o por el contrario demasiado insoportable como para permitirle a nadie que les demuestre amor.
- Es más común en hombres que en mujeres.
- Les cuesta confiar en las personas.
- Quien padece esta fobia puede incluso sentir temor a expresarle amor a su familia y amigos.
- En relaciones de pareja, le buscarán defectos a su contraparte como un mecanismo de defensa y justificación para abandonarlo.




- Algunos se encaprichan con relaciones inalcanzables.
- Generan conflictos por celos o reclamos injustificados a la pareja donde se les indica que estas seguramente los dejarán por ver a otra persona, o los persiguen y espían para comprobar que les están siendo fieles.
- También es usual que dejen a la pareja por otros, alegando que con quien están no les sirve porque hay personas mejores que se adaptan más a sus preferencias.
- Cuando la relación está a un paso del matrimonio, tienden a inventar excusas para alejarse de la pareja. Evitan hablarles por teléfono o visitarlas, todo como una forma para dejarlas.
- La filofobia es típica en los llamados casanovas y personas que se divorcian constantemente.

Caso real

Después de algunos meses de relación Julia y Andrés están presentando fuertes conflictos, por un lado, él alega constantemente que ella lo dejará en la primera oportunidad que tenga por alguien más joven o con más dinero, y además, le ha prohibido trabajar porque debe de estar en contacto con sus compañeros la mayoría de ellos hombres. Todo ello, es un factor de ansiedad constante para Andrés.

Por otro lado, sus angustias y reclamos injustificados se basan en los engaños que recibió por su primera pareja, quien lo humillaba y le recriminaba ser un mal marido. Todo esto se vio reflejado en su nueva relación con Julia. Lo que desencadenó en ruptura eminente de la pareja meses antes del matrimonio.

Recomendaciones:

Aprender a amarse a sí mismo, terapias de tipo cognitivo-conductual y consultas con especialistas son mecanismos apropiados para superar dichas conductas.

MELOMANÍA, CUANDO EL AMOR SE EXPRESA EN CANCIONES

La palabra melomanía proviene del griego y significa melos (canto) y malos (manía). La melomanía consiste en la adicción a la música, no solo escucharla, sino memorizarla e invertir grandes sumas de dinero en todo lo que implique seguir a sus artistas favoritos, compra de cd´s, grupos musicales, revistas y aislamiento social para poder disfrutar de sus temas favoritos.
No se trata únicamente de disfrutar escuchando música o dedicarse a ella. El melómano tiende a desarrollar manías respecto a su comportamiento y dedica horas a memorizar información sobre artistas y temas musicales.


Testimonio:
Mikel empezó a escuchar música diversa para encajar en un grupo de amigos que se consideraban fanáticos de los últimos Hits de la radio. Sin embargo, en su afán por caerle bien a sus amigos empezó a aislarse en su habitación días enteros, descuidando actividades familiares e incluso a sus compañeros para poder disfrutar de la música, memorizarla y aprender cuanto le era posible sobre la vida y obra de artistas, compositores y tendencias musicales. Su dinero era destinado a comprar Cd’s, y artículos de grupos musicales, el volumen de la música inaceptable, así que poco a poco su temperamento cambió radicalmente. Sus conversaciones (cuando las tenía) eran monótonas, y despreciaba cualquier crítica sobre el tiempo que escuchaba música y los temas que solía escuchar.
Características de un melómano:
Poseen mucho conocimiento musical, desde nombres de artistas, años de lanzamientos de temas y álbumes, compositores, datos curiosos, etc.
- Invierten grandes sumas de dinero en compra de Cd’s, y ticket para conciertos, accesorios de bandas, etc.
- Escuchan música todo el día.
- Consideran a la música parte de su existencia.
- Para el melómano la música no es un pasatiempo, sino una actividad seria como lo sería un trabajo.



Problemas que puede atravesar un melómano:
- Aislamiento social: En su deseo de escuchar música tienden a apartarse del ruido y las personas.
- Disgusto ante la crítica de sus comportamientos y conocimientos.
- Sordera y trastornos auditivos: el permanecer por tiempo prolongado escuchando música a volumen elevado y con audífonos, daña a largo plazo el oído. 
- Repercusiones económicas debido a la inversión desmedida de dinero en la música.
- Dificultad para hacer amigos o mantenerlos dada la obsesión por determinados temas. Olvidan que existen muchas otras cosas que se disfrutan en compañía de las personas en su entorno, de esta manera tienden a criticar y descartar a los demás por no compartir sus gustos.
- Accidentes viales y domésticos, ya que el melómano escucha música a un nivel elevado y se desconcentra de lo que ocurre en su entorno.
- Puede conllevar a una baja autoestima.

Que disfrutes de la música no te hace melómano. Sólo cuando la música se convierte en obsesión y lleva al aislamiento social se pude hablar de melomanía.

Aunque solemos escuchar que las personas se llaman a sí mismos melómanos por disfrutar o tener algunos cuantos conocimientos sobre artistas, la realidad es que la melomanía no es un juego. Poco a poco pasa de ser un pasatiempo a convertirse en un mecanismo que deteriora la autoestima y genera serios problemas en la salud auditiva y en el peor de los casos en la integridad física.

TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL

Carmen tiene 42 años de edad, desde su adolescencia desarrolló lo que para muchos era una manía, decía tener la frente tan prominente que era mejor ocultarla con sombreros y flequillo. Su incomodidad fue en progreso con el paso de los años, provocando además aislamiento social, ruptura marital (ya que por más paciencia que tuvo su esposo no logró comprender la obsesión de Carmen, quien no le permitía ni tocarle la cabeza, ni sacarle fotografías, entre muchas otras conductas que deterioraron la relación de ambos) y sumas descomunales de dinero invertido en estilistas para mantener su cabello sobre la frente.


A los 35 años en una reunión laboral, agredió verbalmente a una de sus compañeras al suponer que se estaba burlando de lo que ella consideraba su punto débil. Como es de suponer, no tuvo más opciones, o asistía a un terapeuta o no podría retornar a su empleo. Se determinó que Carmen sufría de Trastorno Dismórfico Corporal.
Este término fue dado a conocer en 1886 por el psiquiatra Enrique Morselli quien explicó que es un tipo de afección mediante la cual el paciente considera tener una deformidad física. El sentimiento de fealdad se enfoca en un área determinada del cuerpo, creyendo que la misma es insoportable ante los ojos de las demás personas.
Quienes padecen TDC se quejan constantemente de su apariencia, invierten dinero en productos para el cuerpo, cirugías plásticas, se observan constantemente en el espejo para controlar que la “deformidad” se encuentra bien escondida frente a los demás o en el caso contrario, ocultan los espejos por completo para no tener que observarse y auto-juzgarse. Sus actividades cotidianas se ven afectadas por el estrés y la ansiedad con la que suelen vivir, preguntando a las personas de confianza si el defecto se nota.
Los síntomas suelen variar según sea el lugar del cuerpo donde se encuentra el defecto.
La distorsión de la realidad en estos casos, se encuentra solo en la mente, pocas veces el defecto posee las dimensiones a las que el paciente hace referencia.
Las cirugías son una opción que no suele jamás mejorar la disociación de la realidad, ya que la inconformidad regresará tiempo después sobre la misma área operada.


En estos casos la terapia psicológica es necesaria, ya que el problema radica en la mente del sujeto no en el plano físico. El patrón común de los pacientes que asisten a terapia por TDC es que verbalizan sentirse incómodos, tristes, asqueados de sí mismos y torturados por la constante observación de otros sobre su padecimiento.
El TDC tiene mayor incidencia en las mujeres que en los hombres y las áreas más afectadas son la nariz, orejas, labios, parpados, abdomen y busto, aunque las zonas genitales, los glúteos, el cabello (demasiado grueso o muy fino), vello excesivo, mandíbula, dientes y columna también suelen ser mencionadas.
La constante comparación con otros y el enfado consigo mismo, pueden llevar a un paciente con TDC al suicidio.
La terapia en ocasiones incluye tratamiento farmacológico para lograr controlar los estados de ansiedad, depresión, baja autoestima y conductas obsesivas como actividades extremas para modificar la imagen corporal que pueden colocar en riesgo a la persona. Sin embargo, siempre se intenta trabajar sin necesidad de medicamento, únicamente con terapia cognitivo-conductual que es la que mayor evidencia científica muestra para el tratamiento de dicho problema.

¿QUÉ HACER CUANDO APARECE EL SENTIMIENTO DE CULPA?

Realmente es la más destructiva, debemos tener cuidado si esto nos está sucediendo o si conocemos a alguien que esté teniendo este sentimiento ya que pueden estar necesitando ayuda urgente.
En este sentimiento podemos inconscientemente quedar atrapados. Esto nos sucede cuando hemos sido deshonestos con nosotros mismos, herido de alguna manera nuestra dignidad, cuando hemos engañado a alguien o cometido algún error.




Este sentimiento es terrible, torturante y muy común entre los seres humanos. Todas las personas vivimos situaciones agradables que nos hacen sentir bien y otras no tanto, que nos hacen pasarlo mal. Estos tipos de situaciones desencadenan sensaciones de todo tipo. El sentimiento de culpa se sitúa en las “no agradables”, nadie se salva de experimentar esta sensación. Lo importante es saber cómo afrontarla porque puede llegar a ser despiadadamente destructiva.
Muchas veces este sentimiento es tan fuerte que puede transmitir sus señales de distintas manaras.
Señales de una persona que padece sentimiento de culpa:
- De manera física: Es la activación psicofisiológica y provoca dolores constantes de cabeza, estómago, presión en el pecho y dolores de espalda.
- De manera emocional: Suele parecerse a la tristeza, ocasiona en las personas irritabilidad y nerviosismo.
- De manera mental: Genera pensamientos destructivos, baja auto-estima, auto-reproches y auto-acusaciones.




¿Cómo superar el sentimiento de culpa?
- Evita optar el rol de culpable con un victimismo latente: También llamado como falsas víctimas. Esto sucede de forma consciente o inconsciente. Suele ser un método para disimular un ataque existente tratando de culpar a los demás para liberarte de culpas.
- Si heriste o actuaste mal con una persona, ponte en contacto con ella: Discúlpate, realmente nunca es tarde para hacerlo.
- Repara el daño: Si hay algo que puedas hacer para rectificar el daño ¡Hazlo! Verás que te sentirás mejor.
- Dialoga internamente: Esto te ayudará de gran manera. Hazte las preguntas necesarias y busca soluciones, si no las hay entonces no hay nada de hacer, acepta la realidad y trabaja de buena manera de ahora en adelante.
- No alimentes esos recuerdos desagradables: Aquellos en donde de alguna manera le causaron daño a los demás.
- Adopta una buena actitud: Enfócate en el presente y mira hacia delante, siempre aprendiendo de lo vivido para no cometer los mismos errores.
- Evita los pensamientos polarizados: Ningún extremo es bueno, en muchas ocasiones puedes optar por cosas intermedias dependiendo de las posibilidades y circunstancias de las mismas.
Todos tenemos tropiezos, somos seres humanos no perfectos ¡Se permite fallar! Lo importante es reflexionar ante lo sucedido. Que esto no te sumerja en tristeza, sino que te genere aprendizaje. Cuando estamos en este estado las personas se sienten mal, dolidas y esto hace que reflexionen y tomen decisiones. Estas decisiones permiten elegir otras alternativas la próxima vez que actúen.
Después de pasar por el periodo de reflexión, sigue avanzando ¡Puedes lograrlo! Veras que el sentimiento de culpa tiene un final.
La actitud con la que enfrentes todo es la clave. Recuerda siempre que una buena actitud es el camino del éxito.
Si conoces a alguien que esté sumergido en este sentimiento, ayúdalo a buscar ayuda profesional. Evitemos sucesos lamentables.